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José María Albert de Paco

Un JeTa

Josep Maria Álvarez, ducho en catalanofobias.

Al nuevo secretario de la UGT, Josep Maria Álvarez, le han reprochado que pusiera al sindicato en Cataluña a las órdenes del nacionalismo. Se trata de una acusación inexacta, pero sólo desde la premisa gramatical (¡y neurocientífica!) de que nadie se puede poner a las órdenes de sí mismo. Como era preceptivo, dada su filiación socialista, Álvarez trató primero de escurrir el bulto reclamándose demócrata para luego tildar de catalanófobos a quienes insistían en afearle su compromiso con el derecho a decidir. Ahora bien, aun aceptando que su inmoralidad le haya de salir gratis, convendría recordarle la cuantía real de la factura. El derecho a decidir, sí, pero también la organización de manifestaciones por la defensa de la inmersión lingüística "frente a sectores de la política española"; o el llamamiento a celebrar el 11-S bajo la siguiente divisa: "Cataluña siempre ha avanzado nacionalmente cuando lo ha hecho socialmente. Como dos caras de una misma moneda, nuestro país ha unido el progreso nacional al progreso social"; o el repudio sectario del Partido Popular; o la petición del voto para aquellas fuerzas que unan "el avance nacional de Cataluña con el progreso social"; o esta observación, destinada a las familias que han reivindicado una enseñanza bilingüe: "Y los padres que hacen caso de las campañas que periódicamente pone en marcha la derecha española son muy pocos, y además sus reclamaciones se atienden individualmente"; o la confusión deliberada entre las aspiraciones del nacionalismo y las de Cataluña; o el calificativo de ultras a los españoles que invocamos la ley frente al golpismo institucional del 9-N. Por ir apuntillando: no es que UGT participara del Pacto por el Derecho a Decidir: es que era UGT quien apremiaba a sus integrantes a reunirse ante lo que describe como "cambio de escenario". ("En primer lugar queremos agradecer al Honorable Joan Rigol que haya atendido nuestra petición para convocar esta reunión del Pacto Nacional por el Derecho a Decidir. Desde el punto de vista de la UGT de Cataluña, esta reunión era vital. Desde el último encuentro el escenario ha cambiado").

Está todo en su blog, donde se puede seguir al minuto el rastro del proceso. Valor sindical, se llama, en lo que constituye, sin duda, una feliz ironía. Con todo, lo que de veras ilustra la naturaleza del personaje es cómo los posts soberanistas van siendo más infrecuentes a medida que va cobrando fuerza su candidatura como secretario general nacional. Hasta prácticamente desaparecer. Como si nada hubiera ocurrido.

Impagado. Ahora sí.

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El modelo de inmersión lingüística en nuestro país está en peligro. La obsesión de los poderosos y sectores de la política española contra nuestro modelo de escuela comienza a dar frutos. Nuestro modelo de enseñanza, que se ha demostrado un éxito según todos los indicadores, está en peligro por un antiguo, profundo e irracional anticatalanismo que reside principalmente en las castas del poder de hoy en día. El caso es que nos toca salir a defender nuestro modelo de escuela, el modelo de inmersión lingüística que impulsaron históricamente los partidos de izquierda. El 14 de junio las calles de Barcelona se llenarán de ciudadanos y ciudadanas, de ideologías diferentes y orígenes diversos, de lenguas maternas diferentes, de clases sociales diferentes, para defender uno de los pilares en los que descansa la construcción de la unidad civil en Cataluña. Se llenarán para decir bien claro y alto que no daremos un paso atrás en la defensa del modelo de escuela catalana, porque todos somos escuela. (7 de mayo de 2014)

La celebración de la Diada Nacional de Cataluña está fuertemente marcada por la reivindicación del Derecho a Decidir. Una gran mayoría de ciudadanos y de ciudadanas de Cataluña queremos ser llamados a las urnas el próximo 9-N para decidir nuestro futuro. Cataluña siempre ha avanzado nacionalmente cuando lo ha hecho socialmente. Como dos caras de una misma moneda, nuestro país ha unido el progreso nacional al progreso social, a la consecución de mayores cotas de autogobierno. (11 de septiembre de 2014)

Semana crucial para el proceso que vivimos en Cataluña. Se aproxima un momento en que el presidente de la Generalitat nos convocará a las urnas el 9-N para decidir nuestro futuro. (...) Y no puedo abstenerme de decir que la peor parte se la lleva el Gobierno que preside Mariano Rajoy. Mucho más que inmóvil y hierático, el Ejecutivo central continúa amparándose en una interpretación tan interesada como dudosa de la Constitución para negar lo que el sentido común hará que se abra paso indefectiblemente. Y es que los ciudadanos y ciudadanas de Cataluña tienen derecho a ser consultados en una votación no vinculante sobre cuál es la relación que ha de tener Cataluña con el Estado Español. (26 de septiembre de 2014)

En primer lugar queremos agradecer al Honorable Joan Rigol que haya atendido nuestra petición para convocar esta reunión del Pacto Nacional por el Derecho a Decidir. Desde el punto de vista de la UGT de Cataluña, esta reunión era vital. Desde el último encuentro el escenario ha cambiado. Y es en base a este nuevo contexto que debemos hacer hoy un debate sereno sobre en qué estadio se encuentra el derecho a decidir y sobre todo cuál es el camino a seguir, ya que tenemos metas que no podemos obviar. Primero, el derecho a decidir era y es el común denominador de todas las entidades y organizaciones aquí presentes. Entendíamos y entendemos este derecho como fundamental. Piedra angular de nuestras reivindicaciones. En este sentido, nuestra organización siempre ha defendido que el verdadero acto de soberanía es votar y que el resultado es tan sólo la consecuencia derivada de este acto. Segundo, nuestro objetivo es decidir. Es evidente que es el Estado español quien ha puesto todos los obstáculos políticos y jurídicos para evitar la celebración de una consulta con plenas garantías. Por lo tanto, la consulta que haremos no es la consulta que la mayoría quisiéramos. Pero no renunciamos a ello. Para ello es necesario que el día 9 de noviembre se convierta en un verdadero clamor democrático. Es necesario que sea un éxito de participación y de movilización social. Y que dictamine de manera clara y contundente la indignación de una ciudadanía a la que le han vetado desde el Estado el derecho a expresar su voluntad y decidir su futuro colectivo. (24 de octubre de 2014)

Llamo a los trabajadores y trabajadores y a la ciudadanía en general a participar en el 9-N, y así hacer llegar al PP un mensaje contundente de rechazo a su actitud intransigente y a su impedimento por la vía judicial al derecho a decidir nuestro futuro. El Estado Español vulnera los derechos fundamentales de libertad ideológica, libertad de expresión y de participación. El conflicto entre Cataluña y España es un problema político y, como tal, se ha de resolver a través del diálogo, el entendimiento y el acuerdo, y no a través de una interpretación determinada de la Constitución y las leyes. El derecho a decidir representa una oportunidad para la profundización democrática de nuestro país y que en un futuro se nos permita decidir sobre muchos otros temas. (6 de noviembre de 2014)

Habría sido un verdadero milagro, o al menos a mí me lo habría parecido, que el presidente del Gobierno hubiera asumido el reto de encontrar una solución política para las demandas que desde Cataluña exigen poder decidir democráticamente nuestro futuro. Pero claro, el milagro no se ha producido; al contrario, se ha presionado a la fiscalía para que actúe con contundencia contra el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y contra algunos otros miembros de su gobierno. Justo lo contario de lo que habría que hacer. Pero ahora, visto desde Madrid, hay que abordar una cuestión aún más importante que la demanda catalana, y es la reparación de la autoridad del Estado, en duda desde que se celebrarse en Cataluña el proceso participativo del 9-N. Por lo tanto, harán todo lo posible para activar una respuesta tan contundente como ejemplar de cara a la galería madrileña de altos funcionarios y de sectores ultras que esperan un golpe de fuerza. No sé si el Partido Popular tiene alguna hoja de ruta al margen del tan recurrente discurso sobre la legalidad. Más que nada, porque esto no arregla la desconexión creciente de los catalanes independentistas, la frustración de otros que esperan cambios en la estructura territorial y competencial del Estado, ni servirá como dique de contención para las aspiraciones de Cataluña. (13 de noviembre de 2014).

Los ciudadanos y ciudadanas de Cataluña han edificado un consenso brutal en torno al modelo lingüístico en la escuela. Un consenso que nace de la voluntad del conjunto de la sociedad de preservar la lengua catalana. Y los padres que hacen caso de las campañas que periódicamente pone en marcha la derecha española son muy pocos, y además sus reclamaciones se atienden individualmente. No sería justo que toda una comunidad educativa que está de acuerdo con un modelo viera limitada su aplicación por una minoría que además tampoco está discriminada. En realidad pretenden dividir y confrontar a la sociedad catalana, obsesionados con el mantra de españolizar a los niños catalanes, como si les hubiera de vacunar de la enfermedad de la catalanidad. Patético. No sé si es ignorancia o mala fe, me inclino por pensar que son las dos cosas. Pero podemos estar tranquilos, porque una vez más la respuesta ha sido frontal y unánime. Los ciudadanos de Cataluña no renunciaremos al modelo de inmersión lingüística que tan buenos resultados ha dado a lo largo de estos años. (8 de mayo de 2015).

Llamo al voto de aquellas fuerzas políticas que unan el avance nacional de Cataluña con el progreso social de los ciudadanos. (11 de septiembrede 2015).

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