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José Vilas Nogueira

Sobre la última encuesta de El Mundo

Mariano Rajoy y su partido son acendrados partidarios (¿o víctimas?) del arriolismo. Su "oposición" se limita a denunciar los desaguisados de la política económica del Gobierno.

El diario El Mundo publica una de sus periódicas encuestas, realizada por Sigma Dos. Dado el procedimiento utilizada (entrevista telefónica) y el tamaño de la muestra (700 entrevistas) no cabe hacerse grandes ilusiones sobre su utilidad predictiva. Por otro lado, nuestro tan peculiar sistema "parlamentario-presidencial", que esconde la realidad fáctica de una rampante partitocracia comporta una ineludible ambigüedad de las respuestas. Por ejemplo, uno de los ítem más llamativos es la valoración de los líderes políticos. Si comparamos las ratios de todos aquellos seleccionados por el instituto demoscópico con las obtenidas por ellos mismos en noviembre de 2009, el único que mejora es Mariano Rajoy. Pero la gran novedad es que ahora la que encabeza el ranking es Rosa Díez. Salvo error por mi parte, es la primera vez que el líder de un pequeño partido, como Unión, Progreso y Democracia, supera a uno o a los dos líderes de los dos grandes Partidos (PSOE y PP). Se podría especular con el notable vuelco que registraría la composición del Congreso de Diputados y eventualmente el mismo Gobierno con un sistema que concediese mayor transcendencia a la valoración de los líderes (y eventualmente de todos los elegibles para puestos de representación política).

Por otro lado, si se compara la valoración de los líderes con la estimación de voto para sus respectivos partidos, el más favorecido es el Partido Popular, al que la encuesta atribuye un 43,5% (con un descenso de 0,1% respecto de enero de 2010). El PSOE se quedaría en 37,7% (con un descenso de 0,8%). Probablemente este elemento explica el relativo ascenso de la valoración de Rajoy. En cualquier caso, estos resultados ilustran la importancia en España del voto ideológico. "Con la que está cayendo", con un presidente del Gobierno incompetente, mendaz y voluble, sin otro horizonte político que perpetuarse en el poder a cualquier precio, y con unos ministros de la misma calaña, la estimación de voto que se le supone es increíblemente elevada.

Pero no es sólo el voto ideológico. Mariano Rajoy y su partido son acendrados partidarios (¿o víctimas?) del arriolismo. Su "oposición" se limita a denunciar los desaguisados de la política económica del Gobierno. Pero al margen de ello, no tienen política alguna, tampoco económica. No tienen política territorial, ni lingüística, ni hidráulica, ni industrial, ni exterior, ni familiar, ni militar, ni nada de nada. No sé si el señor Rajoy reza, pero si lo hace seguro que pedirá a Dios que el Tribunal Constitucional, contra su propio recurso, deje el Estatuto de Cataluña tal y como está.

La probable persistencia de Zapatero en la Moncloa no obedece a un atávico "vivan las caenas". Es que tal como es la oposición no vale la pena votar; que voten los que viven del sistema.

En España

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