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Juan Carlos Girauta

¡Alegría!

Si los unos defienden a los gatos, a los toros, a los mares, otros aparentan caridad cristiana por sus nombres píos... mientras ofrecen trípticos y documentos varios que podría haber suscrito Pol Pot.

Las fiestas de la Mercè son una orgía progre impulsada por la administración. Sin un Ayuntamiento de Barcelona dispuesto a organizar la mascarada, nada habría. La ciudad sería otra cosa –algo a estas alturas inimaginable– sin la pasión municipal por una artesanía perversa: la alfarería social. La arcilla humana cobra forma baja sus manos; ellos diseñan la "sociedad civil".

Con depresión creciente recorro la Plaza de Cataluña. Hay tantas carpas y toldos blancos que, si no fuera por la música, parecería un gran hospital de campaña. Una tras otra, las causas que promueven los voluntarios me desconciertan, en el mejor de los casos. Me colocan improbables manifiestos en las narices y no se toman demasiado bien que rechace firmar. Representantes de las más insólitas oenegés se mezclan con sujetos y banderas con mucho delito.

Si los unos defienden a los gatos, a los toros, a los mares, otros aparentan caridad cristiana por sus nombres píos... mientras ofrecen trípticos y documentos varios que podría haber suscrito Pol Pot.

Hay un stand de putas redimidas y una mesa donde se proclama el 23 de abril como "Día de la Bisexualidad". Su panfleto insta a "Ofrecer a los niños una visión no dualista sobre la sexualidad humana. En lugar de preguntarles te gustan los niños o las niñas, se puede reformular la pregunta con un: ¿te gustan los niños, las niñas, o tanto los niños como las niñas?" Me viene a la memoria aquella escena de Aterriza como puedas en la que un piloto lascivo le pregunta a un menor: "¿Has estado alguna vez en un gimnasio de hombres?" El panfleto bisexual exhibe logotipos del máximo interés: Universitat de Barcelona, Universitat Pompeu Fabra, Universitat Politècnica de Catalunya, Universitat Autònoma de Barcelona, Universitat de Girona. Podrían hacerle la preguntita de marras a los rectores en vez de molestar a los infantes.

Me abate especialmente lo de IntermonOxfam, de cuya seriedad y contradicciones me ocupé por extenso en La eclosión liberal. Siguen en sus trece: "La mayoría de personas del mundo, en la mayoría de países, son pobres. No haría falta mucho para cambiar las cosas. Los países del norte podrían mejorar sustancialmente la situación de los 20 países más pobres del mundo con una cantidad similar a la que se gastó en la construcción de Disneyland París." No aprenden: subvenciones y visión de la economía como un juego de suma-cero.

También hay sarao. Por ejemplo, toca un grupo proetarra. Por ejemplo, las juventudes de ERC llenen la Plaza de San Jaime de globos reivindicando la retirada de la bandera española del consistorio barcelonés. Esto no es una fiesta. Esto es el funeral de la inteligencia.

En España

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