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Juan Carlos Girauta

El tercer poder se topa con el primero

¿Se saltan "muchas veces el procedimiento" los encargados de impartir justicia cuando el justiciable es un policía? ¿Estamos ante una práctica catalana o es algo que va implícito en la práctica de la justicia española toda?

Analizando el terrorismo islamista, ha recordado el profesor Brachman que "el diablo está en los detalles", proverbio inglés que reputo aplicable al pasaje, sólo aparentemente anecdótico, de la juez de Barcelona que ha dado positivo en un control de alcoholemia. No hay que linchar a nadie, y menos por tomar un par de copas; con una sola, si la jueza es delgada, puede haber superado el máximo permitido. Lo interesante es la reacción, las razones esgrimidas ante los Mossos d’Esquadra para que hagan la vista gorda. Otras reflexiones suscitadas escapan a las posibilidades de una columna, cómo la estricta igualdad ontológica entre juzgadores y juzgados, o, si lo prefieren, la perplejidad que provoca recordar que algunos de nosotros tienen como profesión valorar conductas ajenas y aplicar sanciones. A los jueces les gusta ridiculizar la posibilidad de que un ordenador les sustituya. No sé por qué.

La juez que nos ocupa, pillada en infracción, dice varias cosas dignas de estudio. La más notable: "Yo por ustedes me salto muchas veces el procedimiento y a partir de ahora no voy a creer nada de sus historias". Alto ahí. La copa de la señora juez es lo de menos, poco importa ya si es o no sancionada, si obtendrá al fin el trato de favor que pretendía. Lo urgente, lo inexcusable es averiguar si lo que ha admitido ante los agentes es cierto. Y, sobre todo, si es habitual. ¿Se saltan "muchas veces el procedimiento" los encargados de impartir justicia cuando el justiciable es un policía? ¿Estamos ante una práctica catalana, una extensión del oasis, o es algo que va, junto con la unidad de jurisdicción, implícito en la práctica de la justicia española toda?

Los gorilas que acabaron con Álvaro Ussía se sacaron de encima de mala manera a un juez que pasaba por allí e intentaba detener la paliza. Cuando esos tipos sin condición de agentes de la ley, sin autorización ni licencia de ningún tipo, consideran en tan poco la condición de juez, ¿mimetizan al policía que creen ser o simplemente reaccionan con la lógica aplastante (nunca mejor dicho) de quienes han sido repetidamente denunciados por agresión sin consecuencia alguna?

"Todos trabajamos en lo mismo, soy juez, ¿por qué no me deja ir?" –ruega disuasoria a los policías la integrante del poder judicial, que es independiente, inamovible, responsable y está sometida únicamente al imperio de la ley según el artículo 117 de la Constitución, una filfa si las connivencias que se apuntan son ciertas. ¿Todos trabajan en lo mismo? ¿En qué sentido?

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