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Bienvenidos a la máquina del tiempo. La Vanguardia Española, 20 de noviembre de 1975. Portada: “Encrucijada decisiva para España. Franco ha muerto”. Página 3, “Franco y Cataluña”, cuatro fotografías retrospectivas: “Franco postrado a los pies de la Virgen de Montserrat”, “En el Vallés desolado, Franco, durante la visita que hizo al barrio de Las Arenas, en Tarrasa”, “El Generalísimo pone en marcha uno de los grupos de la central del salto de Bohí”, “El Caudillo y su esposa, desde el balcón del nuevo edificio de la Magistratura Provincial del Movimiento, en Tarragona, contemplando el baile de las sardanas”.
 
Editorial, Grandeza histórica: “Estamos ante una de las personalidades más ricas y complejas de nuestro presente. Sin duda, el retrato se irá perfilando, pasada la emoción del instante, con la gama de matices que hagan justicia a las virtudes del hombre, con su valor, su prudencia, su imperturbabilidad, y a los propósitos de una vida tenaz y absolutamente entregada a España...” Ay, los hombres de Horacio, carpe diem, luchabais contra el régimen desde dentro. Ya.
 
Lo que me devuelve a mis catorce años en este número del diario de referencia en Cataluña (entonces y ahora), no tiene nada que ver con la redomada hipocresía de los incombustibles sino con las artes publicitarias, los anuncios de un par de grandes almacenes que ya no existen, la calculadora Polaris, la máquina de escribir IBM con tecla para corregir errores (68.000 pesetas de entonces). Francisco Umbral firma la columna “Bocaccio”, que alude al clásico y a las discotecas de Barcelona y Madrid, “donde va uno a tomar una copa de madrugada para llorar por la apertura”. Multas a la revista Play Lady y pleitos de Cambio 16 con Emilio Romero por el artículo “16 Cambios”. En una de las dos candidaturas al Colegio de Economistas se agolpan Estapé, Lluch, Luchetti, Narcís Serra. Se movían deprisa. Y en la página 35, “Misa en sufragio del alma de don Manuel Aznar Zubigaray”, con elegía de Santiago Udina Martorell que comienza citando a Maragall (el poeta, claro, que del otro nada se sabía) en catalán.
 
Vértigo, agujero negro, túnel de gusano. “Satisfacción por las nuevas leyes de bases de régimen local y descolonización del Sahara”. El que estaba tan satisfecho era Samaranch, presidente de la Diputación, que felicitaba al del gobierno, Arias Navarro. Por ambas leyes. Colaron la segunda detrás de la primera con Franco agonizante. Tenemos el material político y humano que teníamos. Tres décadas más tarde, cuando volvamos a negar al Sahara o vayamos a regalar Ceuta y Melilla, que camuflen la traición aprobando a la vez algo abortivo u homosexual, equivalente por lo rompedor a una ley de bases de régimen local en el 75. Y que se feliciten. Sentirán ya las punzadas de la dicha, del poder que es su forma de vida. No hay principios ni ideas que valgan, y nada ni nadie les va a privar de lo que se merecen. Cambio de Régimen.

En España

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