Menú
Juan Carlos Girauta

En defensa de Daniel Sirera

La Vanguardia dio la bienvenida a Daniel Sirera llamándole "Chiquito de la Calzada", lo que constituye un argumento a la medida del rotativo.

Parece mentira que a estas alturas alguien dude de las posiciones del presidente del Partido Popular de Cataluña. Salvo que uno se chupe el dedo –y no es el caso de los primeros en echarse a la yugular de Daniel Sirera tras la entrevista trampa del sábado–, sólo había que fijarse en el medio y buscar el nombre de los entrevistadores para sumar dos más dos. Desde que saltó su gran amigo Josep Piqué, los principales nombres del diario del Conde de Godó han propinado patadas, codazos, cabezazos y mandobles a discreción al sucesor de aquel señor con tanta categoría. Tanta tenía que, asfixiado por la vulgaridad ambiente, sólo se fiaba de tres plumillas nacionalistas y de un ganapanes que le blindaba de su propio partido.

La Vanguardia dio la bienvenida a Daniel Sirera llamándole "Chiquito de la Calzada", lo que constituye un argumento a la medida del rotativo. A continuación le inventó una crisis en la última ejecutiva arguyendo la baja asistencia (que resultaba ser la más alta de las últimas diez ejecutivas). Acto seguido fantaseó con unos supuestos críticos organizados que conspiraban en oscuras cenas ante la deriva "ultraespañolista" y "anticatalanista" de Sirera. Sí, esos son los adjetivos que La Vanguardia puso en boca de los conspiradores. Pero resulta que la famosa conspiración no era más que una reunión de plañideras destrozadas porque la nueva presidencia les había retirado la Visa Oro que, en un gesto de gran categoría, Piqué les había concedido años atrás.

Estos antecedentes de inventiva periodística no pueden ignorarse cuando, de repente, nos descubre La Vanguardia a un Sirera irreconocible. Es obvio que sus frases se han cortado y descontextualizado con el único objetivo de seguir intentando que en el PPC estalle una crisis que hoy por hoy no existe más que en los deseos de los periodistas; Cataluña es crucial en las generales, y es necesario ayudar a Rajoy a caer. La Vanguardia seguirá por el mismo camino... hasta que Rajoy gobierne España. En ese punto, aquella vanguardia será retaguardia y, sin necesidad de cambiar de nombres, una oleada de cariño, de amor casi carnal hacia el Partido Popular, se abrirá paso por los despachos de la Diagonal.

Sirera dijo verdades como puños que han sido torcidas para engaño de incautos y precipitados: toda comunidad autónoma debe disponer de estatuto porque así lo establece el artículo 147 de la Constitución. Cuando Cataluña se quede sin él al declararlo en gran parte inconstitucional el TC, el nacionalismo amontillado desatará una campaña sin precedentes de ataque a las instituciones, al Partido Popular y a España en general, campaña que ya se entrevé en las amenazas de "desafección" de Montilla. Sirera subraya que, llegado el caso, la culpa hay que buscarla en quienes sacaron adelante un estatut que violaba flagrantemente la norma suprema. O sea, lo que ha dicho siempre Sirera.

En España

    0
    comentarios