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Juan Carlos Girauta

No pongan sus limpias manos sobre el Fondo de Pensiones

Si algún banco o caja está en peligro porque el valor de sus desmesurados activos inmobiliarios dista mucho del que consta en su balance, el enfoque liberal sólo puede decirle que haberlo pensado mejor.

El sector financiero español propone un nuevo uso del Fondo de Reserva de la Seguridad Social. Se trata de llevar la tranquilidad a su sector haciendo que el Gobierno invierta el dinero que ha de garantizar nuestras pensiones en bonos y cédulas hipotecarias, aportando a bancos y cajas la liquidez que el sistema crediticio internacional les niega.

Preveo los dos principales argumentos pseudo liberales con que se va a apuntalar la iniciativa: el sector financiero tiene un carácter estratégico, es indispensable para el correcto funcionamiento de la economía española entera; liberando al Fondo de pensiones de la obligación de invertir en deuda pública se logrará mayor rentabilidad de la que ahora obtiene.

Bien. Si alguien ha entendido por fin que introducir elementos de privatización en el sistema de pensiones es beneficioso para los pensionistas, que se abra el debate de verdad y con todas sus consecuencias. Que se dé al cotizante la opción de escoger entre gestión e inversión públicas o privadas de sus aportaciones. La experiencia chilena demuestra que la rentabilidad obtenida por quienes se decantan por la gestión privada es enormemente superior. Lo que no es de recibo es la propuesta interesada de que el Estado, único gestor, blinde a algunos agentes privados de los efectos de las crisis con el dinero de todos.

Tan interesados como los bancos están, por supuesto, las constructoras. Pero centenares de pequeñas y medianas promotoras están quebrando mientras el ICO salva la vida a las grandes en apuros. Nada de esto me parece liberal, ni ajustado a las leyes del mercado, ni resultado del libre juego de la competencia.

Hacer negocios en los que sólo se puede ganar porque cuando llegan las vacas flacas viene el Estado a protegerte de las consecuencias que normalmente tendrían tus anteriores excesos es una conducta que se puede describir de muchas formas. Pero no es lo que un liberal entiende por hacer negocios. Si algún banco o caja está en peligro porque el valor de sus desmesurados activos inmobiliarios dista mucho del que consta en su balance, el enfoque liberal sólo puede decirle que haberlo pensado mejor.

En un argumento de doble filo, los representantes de bancos y cajas que están moviendo influencias para disfrutar de liquidez a costa del Fondo de Pensiones presentan el recurso como una operación sin riesgos pues, según ellos, ningún banco o caja va a quebrar. Perfecto. Nos quedamos mucho más tranquilos. Si ningún banco o caja va a quebrar, razón de más para no pensar en soluciones excepcionales. Si por el contrario fuera alguno a quebrar, ¿a quién se le ocurre invertir en ellos?

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