Menú
Juan Carlos Girauta

Y ahora, ¿qué?

En su versión paternalista, la canción respetaba la música y alteraba la letra: España merece una derecha civilizada y europea, y Rajoy, para ganar elecciones, debe jubilar a Acebes y Zaplana, desmarcarse claramente de la COPE, etc.

Si este país no tuviera la memoria de un berberecho, recordaría la larga cantinela progre que ha fatigado los diarios y las ondas desde el día en que cayó un cascote de Atocha sobre Moncloa en forma de presidente del Gobierno.

Decía la cantinela o cantilena, más o menos, así: que Rajoy lidere muchos años el PP, que sigan enseñando los dientes Acebes y Zaplana, que continúe "la radio de los obispos" avisando de la quiebra de España, que mantenga Aznar su intermitente presencia mediática, que nunca cambie esta derecha, porque así jamás ganará las elecciones, ja, ja, ja.

En su versión paternalista –es decir, sumando mala intención al error analítico–, la canción respetaba la música y alteraba la letra: España merece una derecha civilizada y europea, y Rajoy, para ganar elecciones, debe jubilar a Acebes y Zaplana, desmarcarse claramente de la COPE, etc.

Pues bien, queridos progres, analistas, tertulianos y pesebristas varios del progreso y el compromiso, prisaicos y godos (de Godó), zetapetas y planetarios (versión Mr. Hyde, o sea, Avui): y ahora, ¿qué? Pues ahora a envainársela. Y a reconocer lo que hay.

No sólo no se hunde el PP, sino que saca más votos que el PSOE. Con un líder capaz de hablar claro en las Cortes y en la Plaza de Colón, asistido por Acebes y Zaplana, intransigente con el terrorismo, sus secuaces y sus apaciguadores, fiel a las víctimas, defensor de la unidad de España y dispuesto a articular políticamente un movimiento cívico que ha tenido su altavoz en una emisora libre. Movimiento y altavoz que no ha controlado ni teledirigido el PP; por el contrario, se ha sumado al primero y ha amparado al segundo cuando iba a ser amordazado. Todo ello por razones que tienen que ver con principios y valores.

Esto último no lo va a entender su progre preferido. No malgaste su tiempo. Repita simplemente la pregunta, sin inmutarse. Y ahora, ¿qué? No le responderá. Se han quedado sin habla, sin discurso, para referirse a eso que ellos llaman "la derecha" y que, en realidad, es la "la no-izquierda".

En España

    0
    comentarios