Empezaré este artículo como concluí el del jueves pasado: agredir a una persona con un monedazo nunca puede salir gratis. A propósito de dicho artículo, leído en su integridad en "La Mañana del Fin de Semana", programa dirigido por Dieter Brandau y Rosana Laviada, recibo en la Cadena COPE el fax de un aficionado del Valencia profundamente indignado conmigo porque, según él, estaba ofendiendo a su equipo. Jamás fue esa mi intención. Si hice referencia a lo que dijeron en su día Juan Bautista Soler y Quique Sánchez Flores fue únicamente porque son presidente y entrenador del Valencia respectivamente y porque el incidente se produjo en el estadio de Mestalla, campo en el que juega habitualmente el Valencia.
Para evitar suspicacias propongo un escenario diferente. Supongamos que el partido es otro, por ejemplo Real Madrid-Valencia. Supongamos también (aunque esto sea mucho suponer) que a Florentino Pérez se le ocurre decir en la víspera que su rival "saltará por los aires". Imaginemos (aunque eso sea mucho imaginar) que Juan Ramón López Caro hace como Quique Sánchez Flores y pide un "partido caliente". Empieza el partido y una moneda le pega al árbitro asistente provocándole una brecha en la cabeza. Pues yo creo que el árbitro haría bien suspendiendo el encuentro. Y, aunque eso es ir bastante más allá, me parecería también justo que le dieran por ganado el partido al Valencia. ¿Por qué?... Muy fácil, porque creo que agredir a una persona con un monedazo no puede salir gratis. Ni en Mestalla, ni en el Santiago Bernabéu, ni en el Nou Camp, ni en el campo del Moratalaz, que es el equipo de mi barrio. En ninguno.
Ahora el Deportivo de La Coruña acude a la justicia ordinaria, agotando así las vías legales para su defensa. De momento la Audiencia Nacional ha admitido a trámite la propuesta de suspender el partido que ha hecho el club gallego. Me imagino que el partido se reanudará el próximo miércoles a puerta cerrada tal y como decidió que se hiciera el Comité de Competición. Pero también pienso que el Depor hace bien en armar todo el ruido que pueda. Los clubes y la federación tendrían que ponerse cuanto antes a la altura de la legislación europea. En Italia, por ejemplo, sólo se tiran monedas a la Fontana de Trevi. En España, los euros para el bocata.