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Joan Gaspart acierta, y eso es noticia, al entregarle a Radomir Antic su hacienda deportiva y el escaso crédito que aún le quede, aunque el serbio deberá aguantar el baldón de una plantilla hecha a imagen y semejanza de un club de nivel medio y no de todo un Fútbol Club Barcelona. Es curioso que el hombre que conquistó para el Atlético de Madrid el único doblete de su centenaria historia ande por ahí como comentarista radiofónico, diciendo lo mismo que aquella tía de Gila que iba a las bodas de sus amigas, y cuando el sacerdote preguntaba "¿quieres a fulano por esposo?", ella saltaba rauda desde el fondo de la iglesia y respondía "¡y si no, para mí!". Antic no exigirá nada, ni siquiera un contrato de año y medio, y trabajará con lo que tiene (más el lateral argentino Sorín) porque tiene una confianza ciega en su método de trabajo.

Digo que Gaspart acierta porque, al parecer, sus opciones mentales quedaban reducidas únicamente a dos –una vez superadas las primeras quinielas en las que llegaron a aparecer Schuster, Zaccheroni o el propio Luis Enrique en el papel de entrenador y jugador al mismo tiempo–, y estas eran el citado Radomir Antic y un clásico del fútbol mundial, César Luis Menotti. ¿Es mal entrenador Menotti? Todo lo contrario, es un gran técnico, pero necesita justo lo que no tiene ahora mismo el Barcelona: tiempo. El argentino acuñó la frase "urgencias históricas", para definir la complicada situación de una institución que se encontraba al borde de un ataque de nervios. Ahora las urgencias provocadas por la dejación de funciones de Van Gaal no son históricas sino diarias, y el señor Menotti se vería arrastrado por las circunstancias.

El nuevo Barcelona que veremos con Antic será un equipo tácticamente ordenado y moralmente rearmado. Que nadie dude que con él jugarán al fútbol los mejores, por tanto deberemos prepararnos para disfrutar cada domingo de Juan Román Riquelme. El nuevo Barcelona seguirá siendo un equipo con notables limitaciones, pero con sentido común y sin inventos extraños. Estoy por asegurar que si Antic se hubiera hecho cargo del banquillo azulgrana al principio de temporada, esta misma plantilla estaría clasificada en puestos de Champions League. Jugará J.R. Y Saviola, por supuesto. Los inventos se harán con gaseosa porque Radomir Antic es un especialista en situaciones extremas. Además, él parte con la ventaja de que ya lo ha visto todo. Hace años Ramón Mendoza le cesó cuando el Real Madrid iba primero en la clasificación general. ¿Le puede ahora sorprender lo que haga Gaspart? Lo dudo.

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