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Juan Manuel Rodríguez

¡Así no se puede trabajar!... La "canallesca" contra Vanderlei

le advierto además al entrenador del Real Madrid que esa penúltima estación tiene goteras y que Emilio Butragueño no va a estar siempre ahí para tapárselas

Confieso tener un sentimiento contradictorio con respecto a Vanderlei Luxemburgo. Por un lado continúo pensando que no es el entrenador que necesita el Real Madrid, pero por otro no puedo por menos que reconocer públicamente que el brasileño constituye una fuente inagotable de material para alguien que, como es mi caso, tiene que escribir tres o cuatro artículos diarios. Si fuera por puro egoísmo, y puesto que yo no tengo que darle cuentas a Florentino Pérez, me interesaría que Luxemburgo permaneciera muchos años sentado en ese banquillo, del mismo modo que habría sido magnífico que Joan Gaspart hubiera aguantado también un pelín más en la presidencia del Fútbol Club Barcelona. En este trabajo, imagino que como sucederá en todos, uno no siempre tiene las ideas claras y, en ese sentido, he de reconocer que tanto Gaspart como Luxemburgo son personajes "solidarios" con quienes nos dedicamos al periodismo deportivo. Siempre están ahí. Gracias amigos.
 
¿Cómo solucionaré la ausencia, cada día más cercana, de Luxemburgo?... Conviene ir pasito a paso. El caso es que en la última rueda de prensa ofrecida por "Luxa", éste llegó a la penúltima estación (en este sentido no fue nada original) acusando a la prensa (el "periodismo", diría Jorge Valdano) de ir a por él. Insisto en que yo no me doy por aludido puesto que desde el primer momento opiné que este hombre no era la solución. Pero sí recuerdo el recibimiento que otros compañeros de profesión tributaron a Vanderlei Luxemburgo. "Un Madrid de Luxe", decían unos... "El mago", repetían otros... No observé que Luxemburgo dijera nada cuando nos llovió aquel empalagoso peloteo. Calló y recibió el baño de flores en silencio. "Sí, sí", venía a decir con aquella actitud suya, "yo soy vuestro hombre, yo soy el mago de Brasil". Pues no.
 
Me soltó eso mismo cuando estuvo en los estudios centrales de la Cadena Cope en Madrid: "tú vas por el tema personal". Y todo porque, supongo que fruto del desconocimiento, Luxemburgo tuvo la ocurrencia de decirle a Rafael Martín Vázquez que él no se alegraría si el Real Madrid ganaba la Liga. Yo, claro, me vi en la obligación de informarle sobre quién era Martín Vázquez. Aquel gesto altruista no le sentó nada bien, qué le vamos a hacer. Ningún periodista le habría dicho aquella grosería a uno de los componentes de la "Quinta del Buitre", el "mejor jugador del mundo" en palabras de César Luis Menotti. Pocos periodistas habrían forzado a Zidane y Ronaldo para que saliesen a hacerse la foto en el partido contra el Barcelona. Y no conozco tampoco a ninguno que, con empate a uno en el marcador y la clasificación para octavos de final en el bolsillo, hubiese dado entrada a Michel por Beckham teniendo, por ejemplo, a Soldado en el banquillo. Ninguno de esos temas son personales sino estrictamente profesionales, y así lo entendieron el otro día los dueños del Real Madrid tributándole a su entrenador una sonora pitada.
 
Hace bien en escudarse Luxemburgo en esa "conspiración periodística". Si yo fuera su abogado defensor probablemente le aconsejaría lo mismo. Pero es una reacción previsible. Y le advierto además al entrenador del Real Madrid que esa penúltima estación tiene goteras y que Emilio Butragueño no va a estar siempre ahí para tapárselas. Por cierto: me llama Carlos Queiroz y me dice que se dejó olvidado un paraguas por allí la última vez que estuvo. Si lo encuentra, señor Luxemburgo, mándeselo a Manchester por correo urgente.

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