El planteamiento táctico de Frank Rijkaard me recordó "El extraño caso del Doctor Jekill y Mister Hyde". El viernes por la tarde Rijkaard era Jekill y cuando alguien le preguntaba por la diferencia de calidad entre su plantilla y la de los "galácticos" se limitaba a decir que ellos sólo tenían mejores "especialistas". Y sin embargo el sábado, unos minutos antes de que empezara el partido, Rijkaard se convirtió en Hyde descubriéndonos a todos su lado más oscuro. Daba la impresión de que el todopoderoso Fútbol Club Barcelona era una selección de amateurs de Collado Villalba a punto de entrar en el matadero. Rijkaard apostó por no perder el partido por una diferencia demasiado abultada de goles y renunció a jugar al fútbol dejando en el banquillo a Saviola, Cuaresma y Overmars. Cuando les dio entrada (de perdidos al río) se vio otro partido muy distinto pero ya era demasiado tarde. El tenebroso Hyde había vencido al optimista Jekill. ¿Qué habría sucedido si el entrenador culé hubiera apostado por emplear desde el inicio todas las armas a su servicio para frenar al Real Madrid?
Me parece que Raúl tiene razón cuando asegura que si al Real Madrid le hubiera hecho falta más para ganar lo habría puesto en funcionamiento. El equipo de Queiroz jugó a medio gas y en la primera parte le dio un baño importante al Barcelona. Sólo el gol de Kluivert hizo pensar a alguien que aquello podría acabar en tablas. ¡Y el empate habría sido un exito para el equipo azulgrana! Hoy la prensa deportiva catalana habla de goles de rebote, como si esos no valieran y cuando el único rebote importante tendrían que tenerlo con el técnico holandés que escogió el 1-2 antes que un hipotético 0-3.