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En Estados Unidos ha hecho furor un librito de David Brooks, BoBos en el paraíso, que descubre y describe a una nueva tribu urbana; bohemios y burgueses al mismo tiempo, una fusión mejorada de los hippies de los 60 y los yuppies de los 80. Sería prolijo reducir a un sólo artículo el significado de "BoBo" pero desde el primer instante pensé en Jorge Valdano y Pep Guardiola como los ejemplos más claros de "BoBos" del fútbol español. El primero sería el introductor –probablemente sin saberlo– de la especie en España; el capitán del Barcelona supondría su mejora definitiva, y a Emilio Butragueño podríamos concederle el beneficio de constituir el eslabón perdido entre uno y otro. En cualquier caso, todos ellos unos "BoBos" de padre y muy señor mío.

Valdano, sin ir más lejos, es el prototipo de hombre que se divierte con su trabajo y que no necesita desconectar los fines de semana. No se mueve por dinero y no necesita medrar para ascender en el escalafón social. El director deportivo del Real Madrid estaría incluido en la "fase intelectual"; es consciente de la importancia de su presencia en los mass media, escritor ocasional de libros o artículos ha logrado convertirse en un punto de referencia ineludible. Además, Jorge aplica el pensamiento filosófico a la estrategia comercial, es un "vendedor" nato que suelta pildorazos del calado de "miedo escénico", aplicado al estadio Bernabéu, o "jugador de tebeo" para referirse al brasileño Romario. El único riesgo que podría afectar a Valdano es el temible DIP (desequilibrio entre Ingresos y Profesión), enfermedad que afecta a aquellos que desarrollan trabajos de mucho prestigio y poca remuneración. Hasta ahora no es su caso, desde luego.

Pep Guardiola es un "BoBo" ejemplar, o al menos a mí me lo parece. Es agradable en el trato, muy equilibrado y moderado porque piensa que nadie está en posesión de la verdad absoluta. No parece que se pueda encontrar a Pep de vacaciones en Ibiza o Gandía, más bien en la India o siguiendo la ruta del subcomandante Marcos. En cualquiera de los casos, con el teléfono móvil apagado. Guardiola reduce a la mínima expresión sus entrevistas personales, lo que convierte en "oro molido" cada palabra que dice, cada gesto que hace. Suele vestir peor que quienes le rodean, en chándal o ropa vaquera, a medio afeitar. El look perfecto para un "BoBo". Seguro que Guardiola coleccionará arte abstracto y comprará en fruterías biológicas... y además juega al fútbol. Pep ha sido el digno sucesor de Butragueño, modélico, perfecto, comiendo arroz hervido para mantener la línea. Son los "BoBos" de nuestro fútbol.

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