Hace un par de días, José Vázquez —periodista de la radio “La voz de la selva”, filial de la Cadena Caracol— salía de su hotel camino del trabajo; al poco era tiroteado a quemarropa por dos individuos que se daban a la fuga en una motocicleta: fallecía en el acto. El 25 de junio era secuestrado Hernán Mejía, vicepresidente de la Federación Colombiana de fútbol, a quien las FARC liberaban en Chocó tres días después. El 4 de mayo hacía explosión un coche-bomba en un hotel de Cali, lugar en el que se iba a alojar la selección de Perú. La pregunta es la siguiente: ¿Se puede disputar en Colombia la Copa América? Y la respuesta, a pesar de los redoblados esfuerzos de Andrés Pastrana, es “no”; no se puede jugar de ninguna de las formas. Y sin embargo va a hacerse. ¿Por qué?
Será responsabilidad de los dirigentes de la Confederación Sudamericana de Fútbol lo que allí suceda. Ya resulta triste el “baile de San Vito” a que han sometido a los diferentes equipos nacionales (ahora sí, ahora no) pero mucho más lo es que la presión de empresas como “Globo” o “Traffic” hayan podido más que la opinión de los propios deportistas. ¿Van a jugar al fútbol los directivos de televisión? ¿Van a exponerse ellos a la “balasera”?
Lo cierto es que todos y cada uno de los responsables de la CSF tendrían que presentar su dimisión irrevocable. Primero, y aunque lo sienta por mis amigos colombianos, por la elección de la sede para la disputa de la Copa América; después, por el esperpéntico aplazamiento hasta el año 2002. ¿Habrán cambiado mucho las cosas dentro de un año? Ojalá, aunque no parece factible; más tarde, por el montaje de volver a convocar a los diferentes equipos como si aquello se tratara de un tiovivo (Argentina, por ejemplo, ha desechado finalmente su participación).
La Copa América se celebrará, como estaba inicialmente previsto, entre los días 11 y 29 de julio; lo hará en un estado paramilitar de excepción, con 23.000 policías rodeando a las diferentes selecciones nacionales de fútbol (aproximadamente 100 por cada jugador). Desafortunadamente tendremos que dividir nuestra atención entre lo que ocurra sobre el césped y lo que pueda acontecer fuera de él. Ojalá no suceda nada y se vea un magnífico fútbol pero Colombia, como ha comentado el propio Freddy Rincón, no está hoy para estas fiestas.
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