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Está claro que Florentino Pérez busca la santidad a través de su presidencia del Real Madrid. F.P. es en sí mismo una ONG deportiva porque echa a Del Bosque "por su bien" y prescinde de Hierro para que su estancia en el club "no afecte más a su imagen". Florentino también puso de patitas en la calle a Redondo para que éste pudiera hacerse millonario en el Milán y ahora, tras tres años de una gestión tan poco interesada en las cosas de este mundo, se me hace difícil comprender cómo es posible que al presidente le pinten en la ciudad deportiva graffitis tan crueles como "Sucios" o "Vete tú". Siempre hubo Judas en todas partes, lo que acrecienta si cabe la santidad presidencial.

El próximo paso de San Floro será –y si no al tiempo– colocar en su sitio a Jorge Alberto Valdano, alias el "payador perseguido". ¿Y cual es ese sitio?... Valdano ya ni siquiera está para reservarle mesa a San Floro en "El Señorío de Alcocer", de forma que lo mismo le colocan de aparcacoches de "Fefé" o de "Fifí", o le ponen a limpiar el motor del "Pitina II". La explicación del payador para tomar la decisión de no renovarle el contrato a Del Bosque es que en el "mundo latino" no se dan contratos muy largos. ¿Mundo latino? En el "mundo latino" él mismo firmó uno por cuatro temporadas y nadie dijo nada. Cuando le preguntaron por aquella idea de que Del Bosque fuera el Ferguson del Madrid, Valdano ha dicho que esa era "una forma de hablar". Espero que no se moleste conmigo si afirmo aquí y ahora que está mintiendo como un bellaco porque es sólo una forma de hablar. ¿No es cierto payador?

Veo a un tal Fernando o Enrique o Luis o como quiera que se llame el empresario en cuestión afirmando que se acabó el ciclo de Del Bosque. No concluyó el suyo o el de San Floro o el del payador perseguido sino el de un hombre bueno y madridista por los cuatro costados que llevaba treinta y cinco años en el club. Lo decidieron "Fufú" y sus muchachos en un restaurante de comida vasco-española a cuyos postres convocaron a Figo para preguntarle por Carlos Queiroz. Como San Floro ha impedido que Del Bosque sea el "Ferguson del Madrid" ahora quiere traerse al segundo de Ferguson en el Manchester United. Todo muy latino. Si Santiago Bernabéu –que no fue ningún santo– levantara la cabeza volvería a morirse del susto. Él no entendería que en el fútbol de hoy prima el negocio sobre el corazón. Incluso sobre un corazón tan blanco como el de Vicente del Bosque.


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