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Juan Manuel Rodríguez

Cosas que no dije ayer sobre Ronaldo

En la jerga vicepresidencial, ése es un palo en toda regla. Acudimos raudos al diccionario "Español-Butragueño, Butragueño-Español", y nos damos cuenta de que lo dicho por el buitre es lo más duro que podemos esperar que salga jamás de su boca.

La última vez que el Real Madrid eligió a Ronaldo para que hablara un ratito con los periodistas fue precisamente tras la pírrica victoria ante el Getafe que originaría después el cese de Vanderlei Luxemburgo. Y la reacción de Ronaldo fue, mordisco arriba, mordisco abajo, más o menos la misma que ayer. El cerebro gris que eligió otra vez a Ronaldo para que saliera al tostaero se cubrió definitivamente de gloria. Viéndole, y oyéndole, en Real Madrid Televisión, supuse que en cualquier momento se cortaría inesperadamente la transmisión, que fallaría algún cable, que alguien apretaría el botón equivocado y que empezarían a sonar repentinamente marchas militares. Pero no, hay que reconocer que la tele aguantó estoicamente el tirón. Y nadie podrá negarme que tiene cierta guasa ver cómo un futbolista de la primera plantilla del Real Madrid despelleja viva a su afición en la televisión oficial del club que le paga. Eché de menos a Gaspart traduciendo simultáneamente sus palabras al catalán. ¿Se imaginan?

Emilio Butragueño pasó por "El Tirachinas" y dijo que las palabras de Ronaldo habían sido muy inoportunas y que a él también le pitó el Bernabéu. Hay que tener en cuenta que, en la jerga vicepresidencial, ése es un palo en toda regla. Acudimos raudos al diccionario "Español-Butragueño, Butragueño-Español", y nos damos cuenta de que lo dicho por el buitre es lo más duro que podemos esperar que salga jamás de su boca. Benito Floro (¡vive!) también acudió a un programa de radio e hizo más o menos la misma reflexión que su jefe. Están en su papel.

La peor de las mentiras es una verdad a medias. Imagino que cuando Ronaldo aseguró que Florentino Pérez estaba al corriente de todo se estaría refiriendo a que el presidente conocía su situación actual de infelicidad en el club. Tras ser ciertamente ventajista y actuar con premeditación, Ronaldo fue también calculadamente ambiguo cuando le echó encima el muerto a Florentino. ¿Con qué estaba de acuerdo F.P.? ¿Asistió, asintiendo, al divorcio entre el "9" brasileño y la afición que le votó mayoritariamente? Eso no se lo cree ni él. Resumen de lo publicado: Ronaldo ha pasado de ser una solución ha convertirse en un quebradero de cabeza, un auténtico problema. Y esto no se cura con paracetamol.

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