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Juan Manuel Rodríguez

Crionización arbitral

Megía Dávila fue la eritropoyetina de un Barcelona sin aliento y que estaba siendo ampliamente superado por el Zaragoza

La empresa Alcor Life Extensión ofrece ya sus servicios de crionización mediante la suspensión de las constantes vitales a partir de la congelación voluntaria. Dicen que Walt Disney y Elvis Presley se encuentran en la nómina de crionizados mundialmente famosos. La de Alcor podría ser una buena solución para la Liga de Fútbol Profesional porque no existe nevera en el mundo con la capacidad necesaria para albergar tanto árbitro mediocre. Una semana antes de que arrancara el campeonato los árbitros tuvieron la desfachatez de plantear un chantaje a los clubes, aunque luego carecieran del coraje y la personalidad suficientes para llevarlo hasta sus últimas consecuencias. Leyeron sus reivindicaciones y luego se refugiaron en el búnker con el "tito" Victoriano.
 
Si alguna conclusión clara se puede extraer de este comienzo liguero es que nuestros árbitros cobran sin duda una cantidad de dinero totalmente injustificada para tratarse de un segundo empleo, un "hobby" al que dedican unas cuantas horas sueltas entre sus negocios bancarios o de representación... ¿Noventa y seis mil euros al año?... No existe relación entre el precio del arbitraje español y la calidad que ofrece después. Lo dicho, la mejor solución es la crionización en bloque a la espera de que vengan tiempos mejores. Otra solución es que sean los clubes, los futbolistas y los aficionados quienes planteen una huelga contra los árbitros españoles y los importemos de Inglaterra, Italia o Alemania.
 
¿Sabrá ya a estas alturas Pérez Lima qué pitó en la jugada del gol anulado a Villa?... Nunca en mi vida había visto tan enfadado a Quique Sánchez Flores. ¿Y por qué va a tener que ofrecerle explicación alguna Pérez Lima al entrenador del Valencia? ¿Quién es él para pedir explicaciones?... ¿Y qué me dicen de Megía Dávila?... El Zaragoza iba ganando por 2-0 en el Nou Camp hasta que surgió Megía. El árbitro fantaseó con un penalti inexistente de Toledo sobre Van Bommel. Aquello originó la expulsión del jugador maño y el gol posterior de Ronaldinho. El propio Deco le dijo a Toledo eso de "este tío es muy malo". Megía Dávila fue la eritropoyetina de un Barcelona sin aliento y que estaba siendo ampliamente superado por el Zaragoza. Y esto ya no tiene nada que ver con "equipos grandes" o "equipos pequeños". Este sábado un árbitro hundió con sus decisiones al Valencia, y otro remató al Zaragoza. Lo dicho, no han inventado todavía una nevera con la capacidad suficiente para albergar a tanto árbitro inepto. Y ahora que salgan del búnker los del Comité con su repertorio de trolas.

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