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Déjenme que les explique la presión a la que va a estar sometido el Real Madrid de Zinedine Zidane. Primer partido amistoso de la pretemporada. El equipo de Vicente del Bosque alinea a los mejores y entre ellos, como mandan los cánones de la lógica futbolística, al “trío de la Bencina”; es decir: Luis Figo, Raúl González y el anteriormente citado Z.Z. El sorteo quiere que sea el Real quien ponga el balón en juego y, tal y como lo recuerdo ahora, es Raúl (o Savio) quien toca hacia atrás. Fernando Hierro recibe la pelota y la manda al cielo, una “patada a seguir” que habría tenido futuro en el rugby pero que en el fútbol carece de sentido práctico. El debut de este “dream team team” ha provocado tal revuelo que, entorno a la televisión que preside la redacción de deportes de la Cadena Cope, se van adhiriendo más y más compañeros (de la sección de informativos, Cadena Cien e incluso algún que otro becario). No se habían disputado aún los primeros diez segundos de partido cuando el profesor Ángel del Río explotó de la siguiente guisa: “¡Así no se juega al fútbol! ¿Y para esto tanta historia?”

Zidane jugó sólo 45 minutos y durante ese tiempo realizó una desmadejada cabriola a la que con buena voluntad podríamos llamar “chilena” pero nos brindó a cambio gotitas de su indudable calidad. A pesar de todo ello los comentarios menos ácidos versaban sobre el coste “minuto de juego/resultado práctico” del renombrado Zinedine. Poco a poco y tras comprobar que en Nyon no iba a producirse ningún “maltazo”, el personal fue ocupando lentamente sus respectivas sillas para, en el mejor de los casos, retirarse con un “¡Bah!” de resignación, como si ante el Lausanne se hubiera acabado la temporada de golpe y porrazo.

El próximo 28 de julio veremos si tengo razón pero apuesto a que el año del centenario va a ser maravilloso para Raúl, Roberto Carlos y Figo, y mucho menos explosivo de lo que se espera para Zidane. El “efecto Z.Z.” tendrá la notable virtud de liberar de la tensión individual a sus tradicionales estrellas, aunque la presión generada sobre el equipo puede resultar terrible. Vencieron por 2-1 a un club de segunda fila pero para el Real Madrid no existen ni la pretemporada ni los partidos amistosos. Aquí, como solía decir mi querido Héctor del Mar en aquellas narraciones suyas absolutamente memorables, todo es “a cara de perro”. Para el Real de las “megaestrellas” el partido empezará un minuto antes que para el resto. Y a Zizou le exigirán que marque un par de golazos en el túnel de vestuarios.

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