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Juan Manuel Rodríguez

El club de la comedia (¿Saben aquel que diu?)

Todavía no se ha jugado el partido entre el Zaragoza y el Real Madrid cuando me pongo a escribir, pero para lo que voy a comentar resulta indiferente. El equipo de Vicente del Bosque podrá perder, empatar o ganar en La Romareda aunque lo que nadie en su sano juicio duda es que será el próximo campeón de Liga. Lo hace Irureta porque se aferra a las matemáticas como a un clavo ardiendo (y hace bien) pero el primero en saber que el campeonato está tiritando es precisamente el entrenador del Deportivo de La Coruña. El Madrid conseguirá la Liga y luchará por su novena Copa de Europa. Así se escribe la historia.

¿Y el Barcelona? Se ha convertido en el genuino Club de la Comedia en el que hay verdaderos empujones por agarrar el taburete, encender el pitillito, darle un tiento al “on the rocks” de turno y arrancar con el célebre ¿saben aquel que diu? que inmortalizara el bueno de Eugenio. Lo que pasa es que los Serra, Gaspart y compañía son amateurs y carecen del más mínimo sentido del humor.

El otro día le comenté en “El Tirachinas” a Joan Castells que cuando el Barcelona logró juntar en el mismo vestuario a Diego Maradona y Bernd Schuster tuve la sensación de que nadie pararía a ese equipo. Impresión equivocada. La misma que tuve cuando decidieron otorgarle a Johan Cruyff la máxima responsabilidad deportiva. Leyendo al holandés uno se da cuenta de lo desacertado que estuvo Núñez al prescindir con cajas destempladas de sus servicios. Hoy Johan advierte que vuelven a producirse los mismos síntomas que cuando él llegó —la famosa "madriditis"— y que el Barcelona va a tener que luchar a brazo partido para reencontrar de nuevo su lugar bajo el sol. Hoy por hoy van a rebufo del Real.

La penúltima ha sido la pelea callejera que han sostenido Lorenzo Serra Ferrer y Carlos Rexach. Puede que “Charly” haya sido inoportuno al reconocer que él es un mandado y que hará lo que le diga el presidente, pero a Serra no puede molestarle que el club busque soluciones de urgencia (ojo, de urgencia porque el entrenador actual no ha sabido dar con ellas en los diez meses que lleva en el banquillo). Ahora bien, Gaspart ha optado por hacer el “don Tancredo” (me recuerda a Peter Sellers en “El banquete”, contemplando inerme cómo se desenrollaba enterito el papel higiénico). Él sabrá lo que hace aunque todo el mundo piensa que un cambio resulta imprescindible en estos momentos.

El Barcelona ha entrado en una peligrosa dinámica autodestructiva, la misma que cauterizó Cruyff nada más llegar al club. Quedan dos meses y medio por delante y sólo faltaría que apareciera Núñez para que el circo fuera completo. La Copa del Rey no estaría mal, aunque si Gaspart es listo tendrá que ganarse al vestuario para que se centre en la Liga; si el equipo se queda fuera de la próxima Champions League, del Club de la Comedia se pasará al Museo de los Horrores. Si no, al tiempo.

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