Si existe un requisito imprescindible para que el Comité Olímpico Internacional apoye mayoritariamente a una ciudad como sede de los Juegos Olímpicos ese es el de la cohesión interna, la unidad sin fisuras. Después habrá otros elementos que el COI estudie con detenimiento, pero si la ciudad candidata no es capaz de transmitir, incluso me atrevería a decir que escenificar, con gestos claros la adhesión al proyecto olímpico por parte del país que se trate, la candidatura estará herida de muerte. Y eso es lo que, desgraciadamente, le sucede a Madrid 2012. Sus máximos responsables han trabajado con denuedo, pero su labor ha sido continuamente boicoteada por "Tirirí", las pancartas del Nou Camp, las injustas acusaciones de racismo generalizado y, por penúltimo, el esperpéntico montaje acaecido estos dos últimos días en Fresno.
Yo me siento muy orgulloso de las presiones de las que se muestran precisamente tan indignados los independentistas catalanes. Y no entiendo por qué la vicepresidenta política del Gobierno español o, en su defecto, el secretario de Estado para el Deporte, han de ir ocultando por ahí que, efectivamente, se ejercieron por parte de España las presiones necesarias para que Cataluña no fuera admitida definitivamente como miembro de pleno derecho de la Federación Internacional de Patinaje. Esa era justamente su obligación y para eso están donde están. Vaya desde aquí una lección práctica para María Teresa Fernández de la Vega... Pregunta: "¿Hubo presiones por parte de España?"... Respuesta: "Sí señor, presioné yo misma, ¿pasa algo? ¿O es que no hubo presiones y traiciones en Miami hace ocho meses?"...
El "argumento" de Rovira es tan cretino que casi no merece la pena seguir por ese camino. ¿Qué tendrá que ver la no admisión de Cataluña como miembro de la FIRS con que Madrid sea capaz de organizar unos Juegos Olímpicos? Por otro lado, ¿hay alguien que esté realmente sorprendido por el hecho de que ERC llame a boicotear Madrid 2012? Está claro desde hace mucho tiempo que estamos durmiendo con nuestro enemigo declarado; al menos con el enemigo de una idea de España que compartimos la mayoría, y que, parafraseando al propio presidente de la Generalidad, esa actitud hacia nosotros será como una gota malaya*. No pasa nada. Un buen casco de esos que lleva la policía y adelante.