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El estratega financiero Rupert Murdoch sabía perfectamente lo que estaba haciendo cuando, en el año 1998, ofreció 150.000 millones de pesetas por el Manchester United. A través de una de sus cadenas de televisión por satélite, la "BSK y B", quiso hincarle el diente al plato deportivo más suculento del mercado, la crema entre las cremas. Los seguidores se le echaron encima y evitaron el desembarco de Murdoch que, según creo, continúa al acecho, controlando una parte del accionariado de esa máquina futbolística de hacer dinero. Parece que el tiempo dio la razón a los seguidores ingleses, y malvender el club habría supuesto una auténtica felonía.

Los "científicos" del Manchester han alcanzado ahora un acuerdo de colaboración con otro mastodonte deportivo, los New York Yankees. El objetivo no es otro que vender –más– la imagen de ambos clubes por todo el mundo, la cuestión está valorada por los responsables de las dos sociedades en 540 billones de pesetas. "Clinc-clinc, caja". Así, el dominador absoluto de la Premier League, que ya era el más rico del mundo, batirá sus propios records por ingresos de patrocinio o a través de su cotización en bolsa. Y es que el merchandaising seguirá dando que hablar en el futuro.

El poder de la UEFA (y por extensión de la FIFA, la genuina "central mundial") irá menguando a medida que los equipos profesionales alcancen este tipo de acuerdos. Se hablará cada vez menos del espectáculo del fútbol y más del negocio, del poder. La grandeza del Real Madrid o el Barcelona es que siguen perteneciendo a sus socios. Precisamente al llegar a este acuerdo para la creación de este "super club", los responsables del Manchester se han referido a los dos equipos españoles que, en un futuro inmediato, deberán seguir sus pasos.

Desconozco si al bautizar esta serie de artículos como "El negocio del deporte", sabíamos en ese instante lo acertado que era. Efectivamente, cada vez tendremos que hablar más de las altas finanzas y menos del retozo y la diversión. Quien sabe si en el futuro, incluso, deberemos referirnos ya únicamente al deporte del negocio. Por ahí van los "tiros"; los de Murdoch y los de cualquiera que quiera subirse al carro.

La gran paradoja del Barcelona es que, habiendo diseñado una "simulación económica" que le situaba económicamente por delante del Manchester –julio de 2000–, siga perdiendo un tiempo precioso. Y la asignatura pendiente de Florentino Pérez es, justamente, recuperar el que –no hace demasiado– dilapidó Ramón Mendoza.

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