The Sporting Newsha hecho pública la lista de los hombres más poderosos del mundo del deporte. No se trata de los más ricos (aunque ambas características coinciden en todos los casos), sino de aquellos individuos cuyas decisiones, opiniones o actitudes pueden determinar el éxito o el fracaso de un campeonato, una transmisión por televisión o la venta de unas nuevas zapatillas de marca.
Lo primero que llama la atención de esta selección de la publicación estadounidense es que, poco a poco, el poder está cambiando de manos. Siguen apareciendo los Murdoch, Stern y Samaranch de turno, pero cada vez es mayor el número de profesionales del golf, baloncesto o tenis que van ocupando parcelas de influencia. Podríamos decir que el "nervio deportivo" se está trasladando a las manos que empuñan la raqueta o conducen con frialdad el volante del monoplaza de turno. Michael Schumacker o Alex Rodríguez son poderes fácticos por sí solos.
La inclusión en el puesto 76 del ranking de la tenista Anna Kournikova me hace deducir que, en algunas ocasiones, la influencia no tiene nada que ver con el éxito sino exclusivamente con la imagen. La jugadora rusa no ha ganado todavía ni un sólo torneo, pero su sonrisa mueve millones a mayor velocidad que un servicio de Mark Philipoussis.
El deportista más poderoso del mundo sería, según esta clasificación, el golfista Tiger Woods. Y en la elección del "tigre" hay varias cuestiones que se pueden analizar; por ejemplo: su éxito y su imagen van unidas de la mano formando un cóctel imparable. La presencia o la ausencia de Woods pueden lograr que un campeonato de golf supere, por poner un caso, a cualquier partido de la NBA. Y lo más llamativo es que ha absorbido la representación de "Nike" hasta tal punto que supera en influencia al mismísimo dueño de la empresa, Philip Knight, quinto en el escalafón.
Parece queThe Sporting Newstiene la tendencia de incluir mayoritariamente a ejecutivos en sus votaciones, y eso parece que también ha dado un giro espectacular en los últimos tiempos. Si "ejecutivo" viene de "ejecutar", no cabe la menor duda de que –hoy por hoy– en el deporte profesional, Woods, Shaquille O'Neal o Luis Figo (por poner un ejemplo más cercano) son los verdaderos ejecutores. Y si además son guapos no habrá Comisionado, magnate de la prensa o director de comunicación que puedan pararles los pies: la máquina de hacer dinero se habrá puesto en marcha.
Lo primero que llama la atención de esta selección de la publicación estadounidense es que, poco a poco, el poder está cambiando de manos. Siguen apareciendo los Murdoch, Stern y Samaranch de turno, pero cada vez es mayor el número de profesionales del golf, baloncesto o tenis que van ocupando parcelas de influencia. Podríamos decir que el "nervio deportivo" se está trasladando a las manos que empuñan la raqueta o conducen con frialdad el volante del monoplaza de turno. Michael Schumacker o Alex Rodríguez son poderes fácticos por sí solos.
La inclusión en el puesto 76 del ranking de la tenista Anna Kournikova me hace deducir que, en algunas ocasiones, la influencia no tiene nada que ver con el éxito sino exclusivamente con la imagen. La jugadora rusa no ha ganado todavía ni un sólo torneo, pero su sonrisa mueve millones a mayor velocidad que un servicio de Mark Philipoussis.
El deportista más poderoso del mundo sería, según esta clasificación, el golfista Tiger Woods. Y en la elección del "tigre" hay varias cuestiones que se pueden analizar; por ejemplo: su éxito y su imagen van unidas de la mano formando un cóctel imparable. La presencia o la ausencia de Woods pueden lograr que un campeonato de golf supere, por poner un caso, a cualquier partido de la NBA. Y lo más llamativo es que ha absorbido la representación de "Nike" hasta tal punto que supera en influencia al mismísimo dueño de la empresa, Philip Knight, quinto en el escalafón.
Parece queThe Sporting Newstiene la tendencia de incluir mayoritariamente a ejecutivos en sus votaciones, y eso parece que también ha dado un giro espectacular en los últimos tiempos. Si "ejecutivo" viene de "ejecutar", no cabe la menor duda de que –hoy por hoy– en el deporte profesional, Woods, Shaquille O'Neal o Luis Figo (por poner un ejemplo más cercano) son los verdaderos ejecutores. Y si además son guapos no habrá Comisionado, magnate de la prensa o director de comunicación que puedan pararles los pies: la máquina de hacer dinero se habrá puesto en marcha.