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Juan Manuel Rodríguez

El diosecillo de Alberto Bosch

El problema de Ángel María Villar es que lleva demasiado tiempo en el cargo y eso le lleva a confundir la federación española consigo mismo, ligando el destino del fútbol español con el suyo propio, cuando una cosa es la selección y otra muy diferente la actitud personal que tenga el presidente de la federación. A mi la actitud de Villar siempre me pareció chulesca y prepotente hacia los medios de comunicación, dividiendo a los periodistas en dos bandos: los “buenos”, que se alineaban con él, y los “malos” que estaban contra él. Esa soberbia ha ido retroalimentándose a lo largo del tiempo, de forma que ahora nos encontramos con un diosecillo insolente, el reyezuelo de la calle Alberto Bosch.

No saqué ninguna conclusión de la rueda de prensa (por denominarla de algún modo) posterior a la reunión de la junta directiva de la federación. Estaba claro el respaldo de la mayoría de sus miembros a la gestión del presidente, pero siguen sin explicarse el cese de Gerardo González, la dimisión del Comité de Competición y, sobre todo, los viajes de Juan Padrón y la relación del vicepresidente con la casa deportiva “Puma”. La rueda de prensa se montó exclusivamente para que el diosecillo mandara rayos y truenos contra aquellos humanos que habían osado criticarle. Pero, sin pretenderlo, cometió un error cuando se refirió a la gestión de Padrón: “Aunque fuera cierto lo que dicen ¿es para ahorcarlo?”... Para ahorcarlo no, pero para cesarlo con inmediatez desde luego que sí.

Un periodista le preguntó a Villar si se llevaría a cabo una auditoría de gestión, a lo que éste respondió: “haremos lo que tengamos que hacer”. Inocente, el periodista repreguntó, y Villar volvió a insistir en su “haremos lo que tengamos que hacer”. Los periodistas podrían haberse tirado cien días en Alberto Bosch, con sus respectivas cien noches, que Villar no se habría salido un ápice de su guión. “Haremos lo que tengamos que hacer”... ¿Eso qué es? ¿Quién lo sabe? ¿Lo conoce acaso el secretario de Estado para el Deporte?

Puedo entender que a un hombre honrado le moleste pasar por un corrupto, pero el caso es que Villar no aportó ni un sólo dato que pudiera disipar las dudas que los ciudadanos puedan tener al respecto. Sólo buscó el enfrentamiento con los periodistas, y al resto les pidió que tuvieran fe en él. Su problema es que lleva demasiado tiempo en el mismo sitio. El del fútbol buscar rápidamente un mecanismo de control democrático para la federación. Con luz y con taquígrafos, naturalmente.

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