Menú
No es del todo cierto que la triunfal historia madridista se construyera con "Zidanes y Pavones" como ahora se quiere hacer ver. Si FIFA eligió al Real Madrid como el mejor club del siglo XX fue por sus Zidanes. Punto. La cantera que realmente le ha funcionado bien al Real Madrid ha sido la ajena y eso encuentra su lógica explicación por el hecho de que en el Real Madrid no puede jugar ni un sólo futbolista que no haya demostrado previamente su contrastada valía. El aficionado merengue tiene todavía fresco el ejemplo de la famosa "quinta del buitre", un grupo irrepetible de futbolistas. A la "quinta" le sucedió lo mismo que a los tres mosqueteros sólo que al revés, porque mientras que los tres mosqueteros eran en realidad cuatro, a la quinta sólo la sostuvieron cuatro futbolistas: Butragueño, Michel, Sanchís y, en mucha menor medida, Martín Vázquez. El "ratoncito" Pardeza resultó intrascendente y sólo sirvió para que Julio César Iglesias se saliera con la suya y, erre que erre, completara finalmente una "quinta". ¿Qué jugadores arroparon a aquellos ilustres canteranos? Pues ni más ni menos que Hugo Sánchez, Gordillo o Maceda... La "creme de la creme".
 
En el partido copero de Ipurúa, Carlos Queiroz completó con chavales de la cantera un once titular que pudiera afrontar el encuentro de ida ante el Eibar. Si el portugués tiró de Paredes, Mejía, Olalla, Juanfran y Borja no fue porque confiara en ellos de cara al futuro sino porque desconfiaba de que Raúl, Zidane, Ronaldo o Figo pudieran lesionarse y se les complicara la Liga o la Champions. La imagen que dio este "Real Madrid B" fue la que tenía que dar y los chavales se quejan ahora de los palos que han recibido al día siguiente.
 
El de Eibar no era el partido de Mejía sino de Guti. Quien tenía que comerse el mundo no era Olalla sino Solari. Era Portillo quien tenía que demostrarle a Queiroz que es un delantero centro de suficiente garantía como para poder sustituir a Ronaldo llegado el caso. Pero Guti y Solari estuvieron ausentes, Cambiasso resultó intrascendente y el pobre Portillo simplemente volvió a desaparecer en el fragor de la batalla. Iker Casillas, el único "galáctico" presente, demostró que sigue habiendo una abismal diferencia de calidad, pero no con respecto a los chavales del filial (esa se supone) sino con los suplentes. Guti, harto de tanto "casillismo" y con el ego resentido, saltó en la rueda de prensa: "Iker está ahí para algo, de lo contrario jugaríamos sin portero". El, que acaba de ampliar su contrato hasta 2009, también estaba allí para algo, ¿no? Pues no dio esa impresión.

En Deportes

    0
    comentarios