Huele a Mundial. El próximo sábado se celebrará el sorteo (transmitido en directo por la Cadena Cope, y con el análisis de quien más sabe en el mundo de esto: Johan Cruyff) pero en el bombo no veremos a la naranja mecánica. Holanda estará ausente de un campeonato importante por primera vez desde 1986, motivo por el cual Japón-Corea 2002 se verá claramente resentido. Entiendo perfectamente que Blatter quiera universalizar el fútbol, y comprendo a Leo Beenhacker (un amante del fútbol africano) cuando dice supongo que lamentándose "por lo bajinis", que si FIFA no diera las mismas oportunidades a todos ya no hablaríamos de un Mundial sino de una Eurocopa. No puede ser que a Holanda le concedan un pase per nocta, o que vuelva en septiembre como los malos estudiantes. Todo eso es imposible, pero el Mundial no será lo mismo sin los holandeses.
No entiendo qué hace todavía ahí Louis Van Gaal. Debe ser que espera la caída del higo chumbo. Por mucho que le reviente al ex entrenador del Barcelona (allí también se lució, todo sea dicho de paso) nos lo ha puesto muy complicado para encontrarle a esta situación algún aspecto "positifo". Todos son "negatifos" porque los amantes del buen fútbol nos quedaremos sin ver en acción a Kluivert, Hasselbaink, Nistelrooy, Davis o Seedorf, y porque, a pesar del evidente desastre que ha supuesto la ausencia del Campeonato del Mundo, don Louis sigue ahí, más tieso que el mimo del Retiro, erguido como un palo, inasequible al desaliento e imperturbable ante lo que cualquier aficionado consideraría lo más normal: su dimisión irrevocable. Frank Rijkaard perdió en semifinales de la pasada Eurocopa ante Italia y cogió el petate. ¿A qué espera Van Gaal?
No sé por qué siempre me encandiló Holanda. Vamos, sí lo sé: jugaba al fútbol como los mismos ángeles. Era un equipo plagado de estrellas y con mala suerte (final y derrota ante Alemania en el 74, e idéntica suerte ante Argentina en el 78); pero aquel equipo de Cruyff hizo historia. De aquella época me gustaban todos, y de la posterior me quedé con Renne Van Der Kerkoff (tenía un hermano gemelo, Willy) que tenía un guante de seda en la bota. Soy solidario con respecto a cualquier jugador surgido de aquella "factoría", incluso con aquel larguirucho Metgod, un libre que llegó al Real Madrid y pasó por allí sin pena ni gloria.
El "seleccionador natural" de aquel equipo sería Johan Cruyff, pero parece que el "flaco" se niega. Uno debe tener fe en su estilo, y los responsables de la federación de aquel país la perdieron al nombrar al menos holandés de los entrenadores que hay en Holanda. Victor Fernández, por poner un ejemplo, es más "holandés" que Van Gaal, y eso que nació en Zaragoza. Una pena.
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