La Comisión Disciplinaria del COI ha tenido, por fin, ocasión de escuchar las explicaciones de Kostas Kenteris, campeón olímpico de 200 metros, y Ekaterini Thanou, subcampeona de los 100, a propósito de lo que se ha convertido durante la última semana en un emocionantísimo "remake olímpico" de Basic, la fenomenal película de John McTiernan cuyo leit motiv es el siguiente: "no se puede mentir sin conocer la verdad"... ¿Y cuál es la verdad del caso que nos ha venido ocupando desde hace varios días?.La verdad es que un oficial del COI se presentó el pasado jueves 12 de agosto en la Villa Olímpica con la misión de tomar muestras de sangre y orina a los dos velocistas griegos, no pudiendo hacerlo puesto que "se habían ido a sus casas a recoger unos efectos personales", infringiendo así la normativa antidopaje.
No era la primera vez que escurrían el bulto: el 3 de abril de 2003 volvieron a esfumarse de la concentración del equipo griego en Qatar cuando supieron que otro oficial del COI les iba a visitar. Poco antes de inaugurarse los Juegos, informados por la Federación Internacional de Atletismo de que se encontraban en Chicago, otro oficial viajó a Estados Unidos con el objeto de hacerles los análisis, y de nuevo pusieron pies en polvorosa. Habrá quien piense que hay que ser muy listo para convertirse en campeón olímpico de 200, y muy tonto para tomar sustancias dopantes y creer que se va a poder esquivar indefinidamente a los "vampiros" del COI. Y sin embargo eso fue precisamente lo que pensaron Kenteris y Thanou, quienes, puestos ante la inevitable tesitura de explicar lo inexplicable y pasar de ser héroes del pueblo a convertirse en auténticos villanos, prefirieron caerse en moto para así tener que ser ingresados en el hospital.
El sábado los atletas no acudieron ante la Comisión -integrada por Sergey Bubka, Thomas Bach y Denis Oswald- por "prescripción médica", y el lunes ésta volvió a ser aplazada por idénticos motivos, pero el médico designado por los tribunales para examinar a los atletas dudó -como hoy ya dudamos todos- del accidente que dicen que sufrieron con una Honda 750, propiedad, para más señas, de su entrenador Christos Tzékos. Pero hoy Kenteris no ha hablado de motociclismo sino de resurrección, la suya propia, su resurrección para el atletismo. Dentro de un año se llevarán a cabo los Mundiales en Helsinki... ¿Estará allí Kenteris?... De ser así efectivamente habrá resucitado, tomándonos a todos el pelo al mismo tiempo y demostrando que sí se puede seguir jugando al gato del COI y al ratón motociclista.