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Juan Manuel Rodríguez

El heredero de Maradona es Pelé

Reconozco que al gol de Maradona le aplico inevitablemente un componente melancólico-místico del cual, por motivos obvios, carece el gol de Messi. A mí me gustó más aquel gol del Mundial del 86.

Aclaremos las cosas. Yo creo que el auténtico heredero de Diego Armando Maradona fue Pelé, aunque éste se retirara un año después de que debutara el argentino. Quiero decir con esto que dudo mucho, pero mucho, mucho, que un futbolista como Maradona tenga nunca un sustituto a su altura. Tengo para mí que, a pesar de que las fechas indiquen tenazmente lo contrario, Di Stéfano, Pelé y Maradona, los tres más grandes, fueron heredándose unos a otros en una suerte de reencarnación futbolística. ¿Alguien les ha visto juntos a los tres alguna vez?

Aún así he de reconocer que el gol que Leo Messi le marcó ayer al Getafe sí introdujo un factor novedoso en toda esta historia. Quien mejor lo definió fue Víctor Hugo Morales, el hombre del gol del "Barrilete Cósmico", cuando, certero, dijo anoche en "El Tirachinas" que, entre aquel gol marcado por Maradona a Inglaterra en el Mundial de Méjico de 1986 y el conseguido veintiún años más tarde por Messi, existe un "extraño parecido". Es cierto, ambos goles son extrañamente parecidos, extrañamente similares, un calco extraño el uno del otro, como si Dios, a pesar de lo afirmado en su día por Albert Einstein con fina ironía, hubiera querido gastarnos a todos una broma, demostrando así su infinito sentido del humor.

Reconozco que al gol de Maradona le aplico inevitablemente un componente melancólico-místico del cual, por motivos obvios, carece el gol de Messi. A mí me gustó más aquel gol del Mundial del 86. Pero lo que sí hizo Leo en el Camp Nou fue arrancar al fin Excalibur del trozo de mármol en el que permanecía prisionera desde hacía tantos años. Luego Arturo tuvo que reinar y llegaron Lanzarote, Percival y la definitiva Batalla de Camlann. Lo único que podemos afirmar hoy es que entre el gol de Maradona y el de Messi, tal y como afirmó certeramente el mítico Víctor Hugo Morales, existe un "extraño parecido", una sospechosa similitud. Esa es la mejor definición. Ahora, a este Arturo de Rosario le queda por delante un larguísimo reinado hasta demostrarnos a todos que, más allá del parecido de un gol, tiene también los genes que le acreditan como el sucesor del mejor jugador de la historia. Entretanto, y mientras no se me demuestre lo contrario, yo seguiré pensando que el heredero de Maradona fue Pelé, el de éste Di Stéfano, y el de "La Saeta Rubia", Maradona. Y así hasta el infinito.

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