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Juan Manuel Rodríguez

El látigo de Gil y la apuesta de Manzano

Cuando a Jesús Gil le ponen delante una "alcachofa" se transforma; imagínense qué es lo que puede llegar a suceder si le colocan cuatro o cinco de golpe, y además todas de colores diferentes y con letras muy grandes. Entonces Gil se crece y se convierte en "o terror do futbol español". Eso fue lo que ocurrió el otro día cuando el máximo accionista del club, acorralado por un huerto de "alcachofas" mediáticas, se soltó el pelo y vino a decir, más o menos, que Gregorio Manzano no había cubierto sus expectativas. Y es que lo que se merece de verdad Gil (que no el Atlético de Madrid, un club que sale de unos años dificilísimos) es un buen Alfio Basile, alguien que se "cague" en su contrato y con quien no pueda reunirse nunca para hablar de la situación del equipo porque, como dijo hace algunos años, "cuando yo me levanto, él se acaba de acostar".
 
Goyo no va a tener una semana tranquila. Y el 3-1 ante el Español no va a ayudar demasiado a esquivar las balas que ya silbaban incluso cuando el equipo estaba en puestos de Champions League. El Atlético ofreció en Montjuic una imagen tristísima, pero ¿cómo se entrena el fallo de Aragoneses en el gol de Raducanu? ¿Alguien me lo puede decir? Eso es imposible. Y el 2-0 llegó en el minuto 81, cuando ya no quedaban casi posibilidades para la reacción. El otro día dijo Manzano que clasificaría al Atlético para Europa, y, aunque las posibilidades de entrar en la Copa de la UEFA siguen intactas, empiezo a temerme que la continuidad del buen entrenador jiennense no dependa en realidad del puesto que al final ocupe el Atlético de Madrid en la Liga sino de la nueva moda "primavera verano". Ahora se lleva mucho el "rojo Aguirre", que es un rojo pasión que combina muy bien con todo.
 
E igual que a Gil le aturullan las "alcachofas", a Fernando Torres le ayudan a concentrarse y a mostrarse más clarividente. El "niño" le echó un buen capote a su actual entrenador diciendo que estaba haciendo un gran trabajo y recordando que no se puede planificar un proyecto solvente contratando siete jugadores nuevos todos los años. En cuanto a lo que dijo Gil, Torres fue muy claro: "ya sabemos que Jesús sólo habla cuando las cosas van mal"... ¡Cuanta razón tiene!... Gil está como loco por volver a sacar cuanto antes su viejo látigo del armario, pero algo tendrá que decir al respecto el presidente Enrique Cerezo, ¿o no? ¿No tiene nada que decir?... Si yo fuera Gregorio Manzano estaría más mosqueado que un pavo en Navidad.

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