Menú
Juan Manuel Rodríguez

El milagroso "post operatorio" de Ayala

La duda ofende. ¿Cómo va a poner nadie en tela de juicio la palabra de Fabián Ayala? Ahí estaba el señor Diafoirus, el mismo que curó la depresión de Claude Makelele, para ratificar que el defensa argentino estaba "duriúsculo", por no decir duro. Agitado. Irregular. Primero le recomendó que comiera sólo carne asada. Más tarde, ante la atenta mirada del presidente Jaime Ortí, le dijo que sólo cosas hervidas porque asados y hervidos venían a ser lo mismo. Luego el representante del futbolista preguntó lo siguiente: "¿cuántos gramos de sal hay que echar en un huevo?", y el señor Diafoirus dio en el clavo: "seis, ocho, diez...siempre números pares; al revés que en los medicamentos, números impares".

Así lo hizo Ayala, consciente de que había funcionado perfectamente con Makelele. Sal par, medicamento impar, asados y hervidos que venían a ser lo mismo, trescientos mil euros más al año, ampliación de contrato hasta 2007 y (hay que ver cómo avanza la medicina deportiva) el mismo hombre que hacía unas cuantas horas estaba "duriúsculo" empezó a corretear como un potrillo salvaje por Paterna gritándole a Rafa Benítez: "¡Quiero jugar, quiero jugar!"... ¡Milagro, milagro!...

No me extraña que el señor Mascardi se enfade cuando alguna alimaña sin entrañas dude de la honorabilidad de Ayala. Y, ¡ojo!, también de la suya. Porque también está en juego el prestigio de Mascardi, no lo olvidemos. ¿Con qué nos tenemos que quedar? Muy sencillo: a Ayala le dolía y ya no le duele. Punto. Ayala estaba "duriúsculo" y ya no lo está. Se acabó. ¿Qué ha sucedido entre una y otra circunstancia? No me cabe la menor duda de que fue la milagrosa intervención del señor Diafoirus. Su pócima lleva funcionando con notable éxito desde que la ideara Molière en el siglo XVII. Los futbolistas se limitan a aplicarse el cuento cuatrocientos años después.

Lo que más me sorprende es la cantidad de gente sana que sigue pagando precios astronómicos para ver a unos cuantos "enfermos". Y el caso es que no tienen pinta de tales. ¿Quién sufrirá la próxima recaída? No hay más que echarle un vistazo al contrato. ¿Será Michel Salgado? ¿O Fernando Torres? ¿Le tocará a Saviola? ¿A quién le dolerá la próxima vez? El señor Diafoirus terminará abriendo consulta en la Liga de Fútbol Profesional. "Doctor me duele aquí". "Pues póngase allí". Ya está. Y sin post-operatorio.


En Deportes

    0
    comentarios