Menú
El año que viene el canal de televisión Discovery sustituirá al servicio postal de Estados Unidos como principal patrocinador del equipo ciclista que liderará Lance Armstrong... ¡Será por patrocinadores!... Al seis veces vencedor del Tour de Francia le salen las marcas de debajo de las mismísimas piedras, incitándole a ganar el séptimo, y luego provocándole para que vaya a por el octavo, el noveno o el décimo, adueñándose en cierta forma de su independencia a la hora de escoger nuevos retos. Pero, ¿quién es absolutamente libre?... Ni siquiera el todopoderoso y millonario Lance Armstrong lo es. A él probablemente le gustaría asaltar el récord de la hora, intentar otras metas distintas, pero se me antoja muy complicado que Discovery, recién llegado al Tour de Francia, no quiera aprovecharse también de la mina publicitaria que tan magníficamente ha explotado antes que ellos US Postal. Armstrong vale mucho dinero, y por lo presenciado en 2004 no parece que el filón se haya agotado sino todo lo contrario.
 
El otro día empezó a circular el intenso rumor de que Lance Armstrong no correría el Tour de 2005. Mira que me extraña. ¿El mismo orgulloso ciclista que castigó a los alemanes Klöden y Ullrich por no dejar escapar a su amigo Floyd Landis, y que luego cogió el toro por los cuernos para castigarles, rehuyendo tamaña oportunidad? ¿El mismo ciclista que marcó al hombre a Simeoni, impidiéndole su día de gloria, por haberle relacionado anteriormente con el dopaje, dejando pasar la gran ocasión? Lance Armstrong es solitario, prepotente, huraño e impetuoso porque todos los grandes lo son. Armstrong es único porque entrena hasta en los días de Navidad y Año Nuevo... ¿Y ese ciclista no va a estar en la línea de salida cuando arranque el Tour de Francia dentro de un año?... Imposible.
 
Al contrario que Serguei Bubka, conocido popularmente como "mister centímetro" porque se dedicaba a ir batiendo por los mítines atléticos sus propios récords del mundo centímetro a centímetro para continuar "haciendo caja", Lance Armstrong ha apabullado en su sexto Tour de Francia, humillando a sus teóricos rivales, ridiculizándoles por la carretera, dejándoles sin aliento en las cunetas. No serán sus piernas quienes le traicionen, ni tampoco la ausencia de patrocinadores ansiosos por comprobar exactamente hasta dónde puede llegar. Como ocurrió otras tantas veces en la historia del deporte profesional, sólo la cabeza puede traicionar al texano. Y si sigue teniéndola sobre los hombros, continuará batiendo récords implacablemente. Y no centímetro a centímetro precisamente.

En Deportes

    0
    comentarios