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Quién le ha visto y quién le ve. Este miércoles hablábamos en "El Tirachinas" con Javier Clemente. El antecesor de Camacho está destrozado, triste y desconsolado porque no recibe llamadas de ningún club para entrenar la próxima temporada. Yo, que nunca comulgué con el Clemente seleccionador, debo reconocer aquí y ahora que a base de bromas y chanzas empiezo a cogerle a Javi cierto cariño. No es sólo que me haya aficionado gracias a él al arte filatélico (la última vez que hablamos apostó conmigo a que no sería capaz de unir las dos mitades de un sello) sino que a mí me va mucho más el Clemente guerrero, el Clemente apache y salvaje. Repito que en la Cadena Cope me topé con un hombre abatido, desinflado; y no me gustó nada esa sensación.

Para que quede claro de una vez y para siempre: no pienso que Clemente sea un mal entrenador aunque sí resultó un pésimo seleccionador nacional. La Federación se metió ella solita en un callejón sin salida y luego se dejó arrastrar por el "mantenella y no enmendalla". Era tarde: España andaba dividida entre aquellos que querían que perdiera Clemente y aquellos otros que, a pesar de los pesares, apoyaban al equipo nacional. Siempre pensé que no había existido el necesario consenso a la hora de elegir a Javi y aquí es donde encuentra perfecta cabida el "ejemplo Ugandés" (además me sirve para parodiarme a mí mismo y no creerme un santón del periodismo deportivo, tan en boga últimamente).

Resulta que Uganda cesó al nigeriano Harrison Okagbue después que su selección cayera ante Togo por 3-0. Ese resultado alejaba de nuevo al equipo ugandés de la fase final de la Copa de África (llevan 23 años sin disputarla). Lo sorprendente del caso es que, supongo que buscando el necesario consenso, la federación de aquel país ha decidido contratar a ¡diez seleccionadores! A saber: los señores Sam Kabugo, Chris Kalibala, Asumani Lubowa, Tom Lwanga y Crispus Muginda se encargarán de confeccionar la lista de jugadores; por otro lado, Leo Adraa, Paul Hagule, Jimmy Muguwa, Charles Namakola y Muhamed Segonga dirigirán los entrenamientos propiamente dichos.

Y digo yo: entre tantos caballeros sentados en el banquillo, ¿no habría un sitito para mi Javi Clemente? No se notaría mucho, ahí, entre Lwanga y Muginda, calladito, en silencio, sin molestar, sin rechistar. Queda claro que Uganda anda sobrada en lo que a consenso se refiere. En realidad sólo tienen eso, consenso. Dudo mucho de que quede un sólo entrenador libre en aquel país africano... ¿Qué más da un vasco más o menos?

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