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Juan Manuel Rodríguez

Eriksson rompe la única tradición

A mí ni me va, ni me viene, pero resultará un poco extraño a partir de ahora ver a un sueco, Sven Goran Eriksson, sentado en el banquillo de la selección inglesa. Ha sido una decisión traumática sobre la que ahora mismo medio país discute con el otro medio, y al final han dado el paso rompiendo una tradición que se mantenía inquebrantable desde el año 1946; por aquel entonces Walter Winterbottom llegaba al cargo, permaneciendo hasta 1962.

Luego Mercer, Revie, Greenwood, Robson, Taylor, Venables, Hoddle, Wilkinson y Keegan hasta llegar a este hombre frío, con cara de profesor de física nuclear, impenetrable, que lleva viviendo del fútbol desde hace un montón de años y que, por ejemplo, ha sonado en innumerables quinielas para entrenar al Real Madrid.

Eriksson ha hecho añicos la tradición, y sin embargo ha salvado a la selección inglesa por muchos motivos; no es el menos importante el de haber evitado el nombramiento de Javi Clemente, recientemente expulsado con cajas destempladas de una agónica Real Sociedad. Nunca me creí esa historia, pero en Inglaterra debe haber también mucho pardillo al que darle el tocomocho.

Resulta sintomático, sin embargo, que en la cuna del fútbol hayan sido incapaces de encontrar un entrenador que reuniera las características para ocupar con dignidad ese banquillo. La confesión de Keegan tras la derrota ante Alemania ("no tengo los conocimientos suficientes para dirigir a este equipo"), abrió de par en par el debate. Pienso que eso era lo que realente pretendía el anterior seleccionador, experto en su etapa como jugador en abrir las defensas más inexpugnables.

Eriksson se va a encontrar con una oposición fortísima, pero su contratación ha sido un acierto. Inglaterra está en la encrucijada, y la Federación ha decidido cruzar el Rubicón... ¿Acabará Sven Goran siendo nombrado "sir" por la Reina?... No lo sé; lo que está claro es que después de entrenar por medio mundo (Benfica, Roma, Goteborg o Lazio), si hay alguien capaz para rescatar a Inglaterra ese es Eriksson. Si no lo hace, no le perdonarán jamás haber roto la única tradición que les quedaba.

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