Menú

El domingo por la tarde recibí la llamada telefónica de un amigo. Se ponía en contacto conmigo para contarme, conocedor de mis debilidades, que en la contraportada de un diario deportivo de cuyo nombre, para evitar mayor escarnio, sigo sin acordarme, podía leerse lo siguiente: "Van Gaal, recibido en olor de multitud". El periodista en cuestión ni siquiera trató de ocultar su rostro, sino que salía allí, sonriente, feliz, como si le hubiera tocado la lotería o un Z-3 de BMW. No hubo tampoco un alma caritativa que le advirtiera sobre la errata. Todo el mundo calló, y allí estaba en un descarado y retador primer plano ("sí... ¿qué pasa?... "o", "l", "o", y "r"... ¿qué?), un plano chulesco, un plano provocativo, ese nauseabundo "olor", ese "olor" traidor, ese "olor" que estaba esperando para que todo el mundo lo leyera, lo releyera, lo fotocopiara y lo enviara por e-mail. En la misma página se arremetía, desconozco si con razón o sin ella (yo mismo me las he tenido "tiesas" con él), contra Joaquín Maroto, actual director de Comunicación del Real Madrid y, en mi opinión, el último reportero deportivo español vivo.

El "olor" en cuestión me condujo a un par de reflexiones. La primera es que ya no existen correctores. Ese oficio pasó a mejor vida, como el de sereno o cobrador del bus. Y esa labor, sobre todo en la prensa escrita, resultaba fundamental. La informática acabó con todo eso, y ahora uno se lo guisa y se lo come todo sólo, se diseña su propia página, deprisa y corriendo, acuciado por el cierre, con los camiones esperando para salir a toda mecha con la primera edición. Aunque ese "olor" (supongo que por "loor") tenga toda la pinta de no ser un error.

Apelando a la vía cómica, me pregunté: ¿Qué podría encontrarse detrás de ese persistente olor con el que se recibió a Van Gaal? Si era un olor multitudinario, habría que buscar al "cerebro gris" que impidió lavarse durantes varios días a un sector importante de aficionados culés. ¿Con qué fin?... Estaba claro que Van Gaal, más aún después de dejar al equipo como unos auténticos "zorros", no era bien recibido en el Nou Camp. Probablemente pensaron que atufando al entrenador holandés, éste jamás volvería al palco. ¿O es que alguien querría que relacionaran el mal olor con la presencia de don Louis? Eso me parecería demasiado. ¿Quizás era otra forma de presión de la grada contra el Real Madrid?

Ese "olor" me tuvo en jaque algunas horas. ¿Sería un mensaje cifrado?... ¿O es que el periodista era hijo de un antiguo corrector del periódico, un hijo reivindicativo de la sorda labor de su padre durante muchos años?... No lo sé. El caso es que yo le debo la vida a los compañeros de Libertad Digital que me releen. Sé muy bien lo que digo. Ellos sí que se merecen ser recibidos en loor de multitudes.

© www.libertaddigital.com 2002
Todos los derechos reservados

Titulares de Libertad Digital
Suscríbase ahora para recibir nuestros titulares cómodamente cada mañana en su correo electrónico. Le contamos lo que necesita saber para estar al día.

  
!-->

En Deportes

    0
    comentarios