El caso es que Viajes Dublín S.A. tiene un administrador único en la figura de don José María Goya Laza. ¿Delictivo?... En absoluto. Viajes Dublín comparte domicilio social con Rep Aviation, otra agencia de viajes de la cual es también presidente José María Goya Laza. ¿Algo de malo?... Nada, lo más mínimo. Más bien al contrario, da la sensación de que Goya Laza es un empresario con una gran iniciativa personal en unos momentos como los actuales, de crisis económica. En la citada Rep Aviation es donde Ramón Calderón Ramos, directivo del Real Madrid, ejerce las veces de secretario del consejo de administración. Y ahí es donde empiezan las coincidencias. La primera es que el Real Madrid decide cambiar su habitual agencia de viajes (El Corte Inglés) por otra; la segunda es que la elegida para realizar el traslado del equipo a Japón donde debe disputarse la Copa Intercontinental sea Viajes Dublín, una agencia minúscula como hay mil a lo largo de toda España.
Naturalmente que la denuncia de El Tirachinas no atenta contra la honorabilidad de las personas; nadie duda de la honradez de Florentino Pérez o Ramón Calderón. Lo que sucede es que las coincidencias, una tras otra, colisionan directamente con el Código Ético que decidió darse a sí mismo el club cuando F.P. accedió a la presidencia. El ejemplo con el que nos quiso hacer comulgar el otro día Florentino –"ningún socio entendería que si un directivo del club puede conseguirnos el viaje gratis no lo aceptáramos"– es torticero, y atenta contra nuestra inteligencia puesto que no existe nadie en el mundo que regale duros a peseta.
Cuando F.P. llegó al Real Madrid dejó bien claro que ACS jamás trabajaría para el club (¡sólo faltaría!) mientras él fuera presidente. Y estoy convencido de que Ramón Calderón no ha torcido voluntades para que los ejecutivos eligieran Viajes Dublin, pero el caso es que las coincidencias son las que son, y la ética no puede ser como los trajes a medida. El "sastre" puso el listón muy alto y habrá quien no pueda saltar por encima de los seis metros. ¿Qué diría Florentino si los protagonistas fueran otros, por ejemplo Lorenzo Sanz y Juan Onieva? ¿Qué diría Ramón Calderón, otrora látigo del "lorencismo"? Estoy seguro de que ambos dirían que no parece ético. Ni ético ni tampoco estético. Y para saber esto no me hace falta copiar del Código del Real Madrid.
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