El entorno culé (ese que nunca desaparece sino que se simplemente se transforma) le está enseñando ahora a Rivaldo la puerta de salida como antes hizo con Cruyff, Maradona, Schuster, Laudrup, Romario, Figo, y tantos y tantos otros. Uno tiene que tener alma de artista para montar sobre la marcha operaciones como la siguiente. El periodista le pregunta al brasileño: "¿Jugaría usted contra la selección de Cataluña?". Y el futbolista responde: "Sería mucha presión para un equipo como el mío porque estamos en vísperas de un Mundial. Yo creo que Brasil, si acaso, debería jugar contra España". El montaje ya está en marcha. Si Rivaldo ha dicho eso, por ejemplo, a la una de la tarde, ya habrá una "asociación de jóvenes catalanistas", o un "grupo de nuevas generaciones convergentes", o quien sabe si una "cooperativa de defensores del pantumaca" que a las dos ponga en solfa al chaval.
He oído a Jaume Llauradó (ex vicepresidente del Barcelona y ahora presidente del Fórum Samitier, y padre de la idea de ese Cataluña-Brasil) dándole a Rivaldo como si se tratara de una estera. Le acusa de no conocer al pueblo catalán y de falta de integración. Vamos a ver, que no me entero: ¿el periodista le hacía la pregunta para que respondiera con sinceridad o para que mintiera en nombre del Barcelona? Yo creo que quien desconoce la idiosincrasia de los brasileños, e incluso la reglamentación de la FIFA, es el señor Llauradó. Nadie puede calibrar con exactitud lo que supondría para Brasil –seis meses antes de la disputa de un Campeonato del Mundo– jugar y perder contra una selección autonómica. A esa presión era a la que, muy acertadamente, se refería el futbolista.
El caso es que Gaspart quiere cambiar a Rivaldo por Riquelme (después, eso sí, de sustituir a Rexach por cualquier otro), y está preparando al personal para la que se nos avecina en junio. En el Barcelona lo tienen fácil porque siempre se puede recurrir a la falta de integración, y se puede montar una "Operación Sardana" tan ridícula como esta con el paradójico objetivo de desintegrar a su protagonista. Porque es que además (y esto que quede entre ustedes y yo) resulta que Jaume Llauradó sabe perfectamente que un partido entre Brasil y Cataluña es imposible.
Entonces ¿de qué estamos hablando? Muy sencillo: Rivaldo tiene 30 años y está más tiempo con Brasil que con el club que le paga. Y además –¡hace falta tener caradura!– hace una semana dijo que el equipo echaba mucho de menos a Luis Figo, la "bicha culé". ¿Será posible tamaña desfachatez? Si, a la pregunta de "¿le gustaría jugar contra Cataluña?", Rivaldo hubiera respondido "sí, me parece una idea maravillosa, hago votos porque salga adelante", a continuación le habrían preguntado qué le pareció "El meu amic el mar", elepé que grabó Lluís Llach en 1978. "¿Qué no sabes quién es Llach?". Excomulgado.
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