"¡Que vienen los galácticos!... ¡Vamos que nos comen el poncho!", gritaba Javier Clemente a los jugadores del Español durante su último entrenamiento. Lo de Clemente con el Real Madrid viene de lejos. Mi amigo Parrado le bautizó como "farolín" Clemente, y el apelativo caló rápidamente entre los aficionados porque no podía retratar con más exactitud al entrenador vasco. Esta misma semana explicaba en la prensa que no le extrañaría en absoluto que le echaran a la calle. Nada. Otro "farol" de "farolín". Él sabe perfectamente que no le echarán tras un partido (malo, bueno o regular) contra el Real Madrid y en el estadio Santiago Bernabéu. Sin embargo quiere explotarlo y por eso dice —quizás más pendiente de las cámaras que del entrenamiento— eso de "¡que vienen los galácticos!" A Clemente le interesa destacar que su Español, último de la clasificación general de Primera, va a jugar contra un equipo inalcanzable, un grupo de "galácticos" sobrehumanos. Eso coloca a Carlos Queiroz, obsesionado con enterrar de una vez por todas el dichoso "sanbenito", en una posición incluso más incómoda que la suya propia porque el Real Madrid no tiene nada de "interestelar".
La táctica de Clemente en sus enfrentamientos contra el Real Madrid ha sido siempre la misma. Y sus resultados idénticos. Nunca ha ganado. A veces ha empatado y la mayoría ha perdido. Recuerdo que tras un 7-0 de hace diez años su conclusión fue la siguiente: "A mí no me ha gustado el Madrid. ¿No querían espectáculo?... Pues ya lo tienen". Hay que recordar también que la afición madridista no le perdona a "farolín" que se convirtiera en el enterrador de una generación de futbolistas (la "Quinta") cuando ocupaba el puesto de seleccionador nacional de fútbol. El caso es que Clemente prescindió de Michel, Butragueño o Martín Vázquez cuando estos todavía podrían haber prestado algún otro servicio al equipo nacional.
A Clemente no le tragaba Ramón Mendoza. Luego llegó Lorenzo Sanz y tampoco. Y, aunque se lo reserve para el cuello de su camisa, tengo para mí que no es santo de la devoción de Florentino Pérez. Yo creo que en el fondo lo que más le hubiera gustado a Clemente es entrenar al Real Madrid. Sería un experimento muy curioso —y periodísticamente atractivo— ese de meter al zorro vasco en el gallinero de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Pero no podrá ser. Este domingo al Español probablemente le caigan cuatro o cinco. Otra avalancha. El Real Madrid jugará al ataque y Clemente se dedicará a tapar agujeros. Y el vasco volverá a jugar de "farol" la próxima temporada.
En Deportes
0
comentarios
Servicios
- Radarbot
- Libro