Igual que el Barcelona estaba encantado con que Luis de Carlos presidiera durante muchos años el Real Madrid, ahora Florentino Pérez reza todas las noches para que Dios le guarde durante muchas Ligas a Joan Gaspart. Es porque Gaspart se ha convertido en un presidente eminentemente perdedor por lo que "ACS Man" le alaba en público y le ríe las gracias, hasta el punto que el primero le ha rogado encarecidamente que no lo haga más, o que se limite a demostrarle su cariño únicamente en privado. Es comprensible el grado de excitación madridista con el otrora "brazo armado" de José Luis Núñez, aunque no lo es tanto el romance que el culé mantiene con F.P., mucho más tras los "cuernos" que le pusieron en el "affaire Luis Figo".
Sólo un hombre puede estropear esta bonita "luna de miel", y ese es Lluis Bassat, ex candidato a la presidencia en las últimas elecciones, que ya ha dicho públicamente que volverá a serlo nuevamente en el futuro. Bassat, un experto mundial de la mercadotecnia, sí tenía una idea de club; mientras que lo de Gaspart era "más de lo mismo", un mal sucedáneo del "nuñismo". Núñez, que empezó siendo sólo un ególatra y acabó convertido en una suerte de "César Imperator", era, sin embargo, un presidente ganador. Gaspart es el rey de los perdedores, y por eso tiene tan contento a Florentino Pérez que, llegado el caso, le soplará a su amigo Joan la fórmula de la "Coca Cola", o cómo derrotó a Lorenzo Sanz, el hombre que obtuvo dos Copas de Europa en tan sólo tres años.
La única alegría que ha podido llevarse este fin de semana el barcelonismo se la ha dado, curiosamente, el Real Madrid, que sólo pudo empatar en el Nou Camp. Las secciones de balonmano, a las que solía agarrarse Núñez cuando pintaban bastos, y de baloncesto, mordieron el polvo, y creo que lo mismo le sucedió al equipo de hockey sobre patines. De tal forma que la pregunta ya no es qué le sucederá a Rexach si el equipo pierde en Turquía, sino qué le pasará al propio Joan Gaspart. No sólo Bassat va tomando posiciones, sino que dentro de la "junta de consenso" empieza a barajarse ya el nombre de Joan Castells como una solución de emergencia.
No me extrañaría nada que empezaran a vender camisetas en las tiendas del Real Madrid con el "doble cero" de Gaspart. A este paso, el actual presidente del Barcelona acabará siendo un icono madridista, a la misma altura que Di Stéfano o Emilio Butragueño. Los ultrasur cantarán eso de "illa, illa, illa, Gaspart maravilla", y F.P. le otorgará la insignia de oro y brillantes del club. Sólo Bassat puede impedir que Florentino siga disfrutando de sus "poluciones nocturnas", porque ahora mismo su gran enemigo está desactivado.
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