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Jacques Rogge ya dejó muy claro que el "factor sentimental" no tendría nada que ver a la hora de escoger a las candidatas para la organización de los Juegos de 2012. Así lo acreditan los 7,5 puntos otorgados a la ciudad de Nueva York, muy por debajo de los 8,5 de París, los 8,3 de Madrid e incluso los 7,6 de Londres. El "11-S" no tuvo nada que ver, como tampoco influyó para nada el trágico "11-M". Simplemente sucedió que, según la experta opinión de los miembros del Comité Olímpico Internacional, hubo tres candidaturas técnicamente mejores que la estadounidense; y otras cinco peores: Moscú, que sí pasó el famoso "corte" con una nota de 6,5, y Leipzig, Río de Janeiro, Estambul y La Habana que se quedaron fuera. Por cierto que los especialistas en política deportiva aseguran que el que Río no haya "aprobado" es muy bueno para Madrid.

Y aunque Sir Cecil Lancelot Cross, el neozelandés que compitió en 1980 con Juan Antonio Samaranch por la presidencia, reconociera, poco antes de morir, que el español "cogió el COI del siglo XIX y lo ha dejado en el XXI", sería otro error ver la alargada sombra del antecesor de Rogge por detrás de cualquier decisión que beneficie a una ciudad española. De hecho los famosos "cortes", inventados por el propio Samaranch para impedir la innecesaria multiplicación de las candidatas, perjudicó a Sevilla por dos ocasiones y a Jaca en otra más. No hay, por lo tanto, en la elección de Madrid como candidata a la organización de los Juegos Olímpicos del año 2012 ningún motivo sentimental ni tampoco ningún apadrinamiento oculto del que fuera amo y señor del COI hasta 2001. El que la capital de España haya pasado el primer corte con un notable alto es una cuestión de justicia histórica y fruto del trabajo bien hecho.

El 6 de julio de 2005 se elegirá definitivamente la ciudad que organizará los Juegos de 2012, pero antes del 15 de noviembre las cinco candidatas deberán presentar otro informe sobre su proyecto. El COI transmitía buenas vibraciones desde hacía mucho tiempo a los responsables de la candidatura española, y la publicación de las puntuaciones es un guiño, otro más, dirigido hacia la ciudad española. Muy mal tendrían que hacerlo de aquí a 2005 los responsables de Madrid 2012 para que Londres, la tercera clasificada, redujera las siete décimas de ventaja. En cuanto a París, lo suyo con Madrid es un empate técnico se mire por donde se mire. Continúan cumpliéndose los plazos, aunque hoy el doctor Rogge haya querido jugar con nuestro corazón al nombrar a Madrid en último lugar. ¿Otro guiño?

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