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Juan Manuel Rodríguez

Irureta: ¿Amarrategui o guerrero?

No es sano para el Deportivo de La Coruña que, a estas alturas de la temporada, todo el mundo sepa a ciencia cierta que Irureta no continuará ni un minuto más en el banquillo del equipo gallego. La última vez ya le costó Dios y ayuda renovar su contrato, ("primero tengo que aprobar los exámenes") y la sensación es que Jabo y el propio Lendoiro dan por finalizada una relación profesional que ha resultado muy fructífera. El Depor es un grande por derecho propio, desplazando por el camino a otros –Sporting de Gijón, pongamos por caso– que desaparecieron del mapa debido a una nefasta gestión económica y deportiva. No parece muy positivo, sin embargo, que ahora en La Coruña todo el mundo sepa que Irureta no seguirá porque el buen técnico vasco podría convertirse en la diana perfecta, un muñeco ideal para el "pim-pam-pum".

Jabo toreó con experiencia las diferencias (puntuales) que tuvo con Diego Tristán o Víctor. En el caso de Djalminha el problema sólo podía solucionarse con la salida de uno de los dos, y Lendoiro optó por prescindir del brasileño. La sustitución de Makaay –uno de los futbolistas más defendidos por su actual entrenador- en el último partido y a falta sólo de un minuto para la conclusión, con empate a uno en el marcador, ha demostrado bien a las claras la debilidad que Irureta tiene en estos momentos en ese vestuario. Luque, un recién llegado y "damnificado" de Jabo, ha saltado a la palestra cuestionando ese cambio. El propio Makaay, ante la sorpresa de propios y extraños, ventiló la cuestión con un diplomático "yo no tengo el carné de entrenador", cuando todo el mundo esperaba que respaldara al hombre que sentó al todopoderoso Tristán para colocarle a él como delantero titular.

A Irureta sólo le quedaban entonces dos caminos. Uno, guerrear; dos, pasarlo todo por alto. En cualquiera de los casos su prestigio saldría dañado, pero Jabo optó por responder a Luque con un directo al mentón: "él no sabe mucho de estas cosas porque viene de luchar por la permanencia". Las malas relaciones de un técnico con sus jugadores, independientemente de la calidad de los mismos, suponen una herida difícil de cauterizar. O Lendoiro fuerza el armisticio hasta junio, o el Depor puede despeñarse en la Liga.

Luque quiso hacerle daño a Irureta donde más podía dolerle, su fama de "amarrategui". Da la sensación de que con esa respuesta tan contundente hacia el futbolista, Jabo se esté dirigiendo ya a futuros clubes interesados en su contratación: "no soy un blando; yo también tengo mi carácter". Entretanto, pierde el Depor.

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