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Definición de "fútbol": deporte en el que siempre acaban ganando los italianos y los alemanes. Es cierto –o lo era hasta hace bien poco– que Italia y Alemania, tanto a nivel de clubes como de selecciones nacionales (en el caso de estas últimas podríamos añadir a los argentinos desde el Mundial-78), eran siempre los enemigos a batir, unos supervivientes natos, conocedores al dedillo de todas y cada una de las claves del juego. Los alemanes lo basaban todo en la raza, en el empuje; los italianos dominaban el tempo del partido, jugando al tran-tran, parsimoniosamente; marcaban un golito y luego se empleaban a fondo a la hora de construir una defensa rocosa, es lo que dimos en llamar catenaccio. Los argentinos, tres cuartos de lo mismo: sabían cuando y cómo "pinchar" el balón. Cuando Argentina no quería jugar más, se notaba enseguida.

Alemania aderezaba su "rodillo" con futbolistas de gran calidad (estoy pensando, por ejemplo, en el pizpireto Pierre Litbarsky o Rummenigge). En el caso de Italia era –y sigue siendo– diferente; yo siempre he tenido la sensación de que se les podía exigir más, que no exprimían del todo su potencial. He de reconocer que ese sistema siempre les fue bien, y que yendo de menos a mucho más sorprendieron a todos en el Mundial que se celebró en España. Les fue bien hasta ahora. ¿Qué le pasa al fútbol italiano? ¿Está podrido de dinero? ¿Está enfermo?

En la Liga Europea de Campeones, por ejemplo, Milán y Lazio sobreviven con suerte desigual. Los primeros deberán jugarse –si no, al tiempo– su clasificación para los cuartos de final ante el Deportivo de La Coruña (el próximo 13 de marzo). Lazio acaba de recibir un revés casi definitivo en el estadio Bernabéu, y cierra la clasificación del Grupo D sin haber logrado todavía ni un sólo punto. Lo tienen muy mal los chicos de Zoff, vigentes campeones del Calcio. En la Copa de la UEFA, el Liverpool le ha dado una sonora bofetada a la Roma del multimillonario Capello: 0-2, y una eliminatoria imposible para los italianos. Por su parte, el Inter empató a 3 –¡y gracias!– en Mendizorroza ante el modesto Alavés.

Sería ventajista centrar el debate sobre la crisis del fútbol italiano exclusivamente en lo que acaba de suceder en la Champions y la Copa de la UEFA. Sin embargo la percepción generalizada es que la tortilla acaba de dar la vuelta. Francia sería la gran beneficiada en este nuevo mapa deportivo, y España e Inglaterra (a nivel de clubes) los nuevos dominadores. Italianos y alemanes –los últimos ya han empezado sus deberes– deberán reflexionar sobre qué le pasa a su fútbol.

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