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Al final tendremos que darle a Gaspart la insignia de oro y brillantes de la Asociación de la Prensa Deportiva (por cierto: desconozco si existe dicha distinción y tampoco sé exactamente para qué sirve la Asociación anteriormente citada). Digo que deberíamos mostrarle de alguna forma nuestro agradecimiento al señor Gaspart porque su Barcelona es una mina informativa. No hay día que no surja algún escándalo (hoy ha sido el histórico Chus Pereda quien ha querido poner el dedo en la llaga de los "comisionistas-sablistas") o que algún futbolista no arme el taco, o que algún directivo no se vaya dando un portazo. Dentro de lo que cabe, Johan Cruyff no se está empleando a fondo porque si no le pondría la cara como un mapa a su ex amigo.

Como iba diciendo, para cualquier columnista deportivo este Barcelona es una ganga. A uno no le da tiempo suficiente para contar el qué, cómo, por qué, cuándo y dónde de las cosas. La famosa "pirámide informativa" con la que el profesor de redacción --aquí le querría ver yo-- nos torpedeaba en la facultad pasó a mejor vida. A cada paso, uno no hace más que ver grupos de niños mordiendo con saña a desvalidos perros que salen corriendo. En esta desaforada kermese azulgrana, el periodista, simplemente, no sabe por dónde empezar. Yo, hoy, elegiré a Petit después de darle muchas vueltas a la cabeza (estoy como el chaval que no sabe si elegir el bombón helado o las palomitas de maíz).

Emmanuel Petit acaba de fichar por el Chelsea de Ranieri, aunque ya había tomado la decisión de marcharse del Barcelona allá por el mes de diciembre. He visto jugar al francés en muchas ocasiones y siempre me pareció un futbolista muy interesante; sin embargo en el Barcelona --¡Puff-!- simplemente desapareció. En "L'Equipe", Petit asegura que "hay demasiada gente gravitando alrededor del club" con la "única ambición de servirse del equipo como trampolín". Continúa asegurando que "es un barco magnífico pero no tiene los capitanes que merece". Para concluir con un capítulo especial dedicado al cesado Lorenzo Serra Ferrer: "Me pregunto si este tío tenía televisión en su casa y si me ha visto jugar en mi verdadera posición". Otro que se marcha a disgusto.

Querría poder contar los éxitos deportivos del Barcelona (como en su día quise hacer lo propio con el Real Madrid aunque Ramón Mendoza se empeñara en impedírmelo). Sigo pensando que José Luis Núñez ha sido un presidente sobrevalorado, aunque a este paso no me extrañaría que le canonizaran. Gaspart tiene cada vez menos salidas; la más digna podría ser la convocatoria de nuevas elecciones porque, en su Barcelona, los enanos tienen la misma estatura que Manute Bol.

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