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Juan Manuel Rodríguez

La broma pesada de un peso pesado

El Pulitzer David Remnick entrevista al doctor Ferdie Pacheco, médico personal de Muhammad Ali durante muchos años. Pacheco se apartó de la "familia" en 1977, justo después de la pelea con Shavers y tras haber comprobado que el gran campeón padecía un deterioro renal importante. Dos años antes había llegado también a la conclusión de que Ali estaba en grave peligro de sufrir algún tipo de lesión cerebral si no se retiraba a tiempo. Pacheco envió entonces los correspondientes informes médicos, tanto al propio interesado como a su mujer, Verónica, pero ninguno de ellos le acusó recibo.
 
En la entrevista a la que hago referencia, Pacheco, que entonces vivía retirado en Miami y, de vez en cuando, comentaba combates para la televisión, decía lo siguiente: "Lo único exclusivamente aplicable al boxeo que ha hecho Alí es terminar de este modo tan trágico, como todos los boxeadores que, habiendo sido muy buenos, no abandonan a tiempo. Joe Louis, Sugar Ray Leonard, Sugar Ray Robinson, George Foreman, Larry Holmes, Tommy Hearns. No se paran, y ya está. Y terminan en tragedia". Podemos deducir que, puesto que el libro de Remnick es de 2001, su conversación con Pacheco pudo haberse llevado a cabo en 2000, hace ya cuatro años de eso. ¿Qué pensaría el buen doctor si supiera que Foreman quiere subirse de nuevo a un ring?
 
Es probable que Pacheco incluyera a Foreman en esa lista de púgiles ilustres, porque ya volvió a boxear allá por 1987, tras diez años de ausencia de los cuadriláteros. Foreman ganó entonces dos títulos mundiales, pero es vox populi que aquello formaba más parte del espectáculo que del boxeo serio.
 
La AMB le quitó el título tras negarse a defenderlo ante Tony Tucker, y cuando consiguió el de la FIB, le pasó exactamente lo mismo, por no darle la revancha a Alex Schulz. Peleó en 1991 (derrota por puntos ante un jóven Evander Holyfield), 1994 (victoria sobre Michael Moorer) y 1997 (derrota ante Shannon Briggs)... ¿Qué querrá ahora, a sus 55 años, el viejo George?... Pues lo único que quiere es convertirse otra vez en el centro de atención, pero eso resulta muy peligroso para él y bastante deplorable para un deporte que ya tiene bastantes enemigos sueltos por ahí. Alguien tendría que decirle "no".
 
El doctor Pacheco dice que "el púgil tiene que hacerte caso cuando llegó la hora de retirarse. Y si no se retira, te retiras tú. Les ocurre a todos los deportistas. Llega el día en que Babe Ruth deja de ser Babe Ruth, en que Joe Louis es noqueado por un italiano fabricante de salchichas, en que John Barrymore no puede recitar el monólogo de Hamlet. Llega un día en que estás terminado, en que los años te dejan ko." Esperemos que lo de Foreman sea sólo la broma pesada de un peso pesado.

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