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El ínclito Louis Van Gaal, el hombre que no sabía que el dramaturgo William Shakespeare era inglés, (Fernando Echeverría, haciéndose pasar por José Luis Núñez, le dijo que era alemán, y el entrenador respondió "claro, claro"...) confunde ahora a Joan Manuel Serrat con Plácido Domingo, que por no ser, no es siquiera barcelonista sino madridista, y que –para más "inri"– ha sido la voz del himno del centenario. ¿Dónde estuvo encerrado Van Gaal los últimos treinta años? ¿Tiene algo que ver su profundo desconocimiento "futbolístico-literario-musical" con el hecho de que en su país de nacimiento algunas sustancias psicotrópicas estén legalizadas? El hecho es que alguien preguntó a V.G. por las críticas efectuadas por Serrat, y éste respondió: "a mí me gustan mucho Serrat, Pavarotti y Carreras". Yo creo que se puede entrenar –con dificultades, eso sí– al Barcelona, pensando que Shakespeare es alemán, pero ¿cómo puede uno sentarse en el banquillo del Camp Nou confundiendo a Joan Manuel Serrat con Plácido Domingo? ¿V.G. se hace "el Claudio" o es que realmente es tonto de baba?

Frank de Boer, ¡otro que tal baila!, reconoció el otro día que no sabía quien era Serrat. Le faltó añadir "ni me importa". La noticia no es que un perro muerda a un niño, sino que un niño muerda al perro. Serrat sí sabe quien es De Boer, pero De Boer no sabe quien es Serrat. Tanto en el caso de V.G. como en el del central holandés, tengo la impresión de que los abogados del club encontrarían por este motivo materia más que suficiente como para rescindirles a ambos el contrato. Así, con el dinero ahorrado en sus fichas, podrían por fin contratar a Hasselbaink, por quien no pondría yo la mano en el fuego en cuanto a su conocimiento de los "cantantes protesta", pero al menos sí garantizaría un número determinado de goles en la portería contraria.

A Van Gaal y a De Boer les vendría muy bien oír el último estribillo de una canción de Joan Manuel Serrat (que no es Plácido Domingo) titulada La hora del timbre, y que dice así: "a la hora del timbre las campanas del reloj, que anuncian alborozadas tu presencia, repiten tenaces que empezó la cuenta atrás y que vaya preparando de a poquito el corazón para tu ausencia". Sí porque cuando Lluis Bassat fiche a Txiqui Beguiristain, y éste consulte a Johan Cruyff habrá llegado para estos dos musicólogos la hora del timbre. Si no, ya lo verán. Preparemos de a poquito nuestros corazones para su ausencia

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