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Juan Manuel Rodríguez

La puntilla de Jack Warner

Lo mejor de las declaraciones al diario "Marca" de Jack Warner (presidente de la Concacaf y vicepresidente de la FIFA) es que no hay que andar a vueltas con ninguno de los diccionarios que suelen ser habituales en estos casos, ni el "español-FIFA, FIFA-español", ni tampoco el "español-UEFA, UEFA-español". Yo no creo que a Warner se le hayan "escapado" sus palabras, sino más bien que este caballero desprecia profundamente al fútbol español y, por extensión, nos desprecia a todos los españoles. Warner insiste (que no descubre) a calzón quitado, sin máscaras, lo que ya venimos diciendo desde el primer día en Libertad Digital: convenía que Corea llegara lo más lejos posible en la competición. ¿Por qué?... Por los intereses comerciales. En el colmo de la desfachatez comenta que ya le dijo a Villar que el partido lo había perdido el mejor, en referencia al encuentro entre España y Corea del Sur. Puede existir todavía alguien que me diga que "blanco y en botella" puede ser un gel de baño, pero si el "gel" en cuestión sabe además a leche, lo más seguro es que sea eso: la leche en bote.

La desverguenza de Warner es desoladora porque nos demuestra que el peso del fútbol español sigue siendo nulo. Si un caballero de Trinidad y Tobago se permite el lujo de decir lo que ha dicho, ninguneando a Ángel Villar y sin máscaras de por medio, se debe a un simple hecho: no tiene miedo a las posibles consecuencias. ¿Diría lo mismo si hubiera sido Argentina la perjudicada? ¿O Francia? Me parece que no. Lo que nos lleva directamente a otra cuestión: el meteórico ascenso de Villar en el escalafón de la FIFA es exclusivamente suyo, un regalo por los favores prestados. No se reconoce el peso de nuestro fútbol, sino la dedicación a la "causa blateriana" de Angel Mari. Cuando Lennart Johansson, oponente mortal de Blatter, responde: "España e Italia tendrían que quejarse menos y marcar más goles", lo que está queriendo decir en realidad es lo siguiente: "¿No erais vosotros los que queríais a Blatter?, pues ahí lo tenéis". Y es que nuestro Villar apostó fuerte por el actual presidente de la FIFA.

Lo que pasa con Warner me recuerda mucho a esas películas del oeste en las que el sheriff perseguía al delincuente hasta que éste cruzaba la frontera pasando a otro Estado. A veces la frontera era un simple riacho, un arroyuelo de mala muerte. Entonces, el delincuente se frenaba, echaba el pie al suelo y miraba desafiante al sheriff, que tenía que ordenar a sus compañeros que bajaran de los caballos. Nunca entendí aquella parte de la película. Yo habría cruzado al otro lado. Warner se mofa de nosotros desde la orilla del riachuelo. A lo mejor tenemos que ir pensando en entregarle la estrella de sheriff a alguien que esté dispuesto a mojarse en serio.

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