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Juan Manuel Rodríguez

Liga ACB: De "cupo" a "cupo" y tiro porque me toca

El problema que tienen ahora mismo la FEB, la ACB y la ABP es convertir la Liga española de baloncesto en una competición atractiva a ojos del aficionado medio. ¿Lo es?... Yo creo que no

El "matrimonio exprés" fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de los jugadores españoles de baloncesto. Tengo entendido que casarse aquí era bastante más sencillo que en Las Vegas, con la diferencia de que en España no existe todavía (a expensas, claro, de que la idea le resulte atractiva al líder de Esquerra Republicana de Cataluña) esa tradición tan macarra de disfrazarse de Elvis Presley o Marilyn para contraer matrimonio. Aquí no, qué va, ni mucho menos. Aquí llegabas a los juzgados de Arkansas y en un periquete salías de San Martín de Valdeiglesias de toda la vida. En una escena de "El último golpe", de David Mamet, el personaje interpretado por Gene Hackman dice algo así como que "el dinero mueve el mundo", pero alguien le corrije rápidamente: "Hay quien asegura que es el amor". Hackman se lo piensa y responde: "Sí, el amor... al dinero".
 
Sustituido aquí oportunamente el amor puro y duro, el clásico amor de los suspiritos y los cariñitos, por el amor... a los colores, los clubes veían en el "matrimonio de conveniencia" la solución al eterno problema de "ese pívot demasiado blandito" o "aquel base que pierde con demasiada frecuencia la cabeza". "¿Quiere usted jugar en la Liga ACB?... ¡Pase y cásese con una española!"... Ya digo que eso fue sólo la gota que colmó el vaso de la paciencia de la ABP. El meollo de la cuestión no era otro que el arrinconamiento de aquellos jugadores que habían nacido en España. El jugador de baloncesto español corría el serio peligro, según José Luis Llorente, de convertirse en una "especie en vías de extinción", algo parecido a lo que en su día denunciara en aquella mítica serie de "El hombre y la tierra" Félix Rodríguez de la Fuente con el águila real. Lo que se consigue tras el acuerdo firmado ahora es que, desde la próxima temporada, el cupo pase a ser de cuatro jugadores (cinco en el caso de equipos con doce jugadores) seleccionables. ¡Aleluya!
 
Pero, tal y como yo lo veo, el problema que tienen ahora mismo la FEB, la ACB y la ABP (¡menuda tortillita de siglas!) es convertir la Liga española de baloncesto en una competición atractiva a ojos del aficionado medio. ¿Lo es?... Yo creo que no. ¿Se soluciona eso con cuatro, cinco, seis o dieciséis jugadores nacidos en territorio nacional español?... Tengo la impresión de que tampoco. El aficionado se pierde en ese auténtico laberinto de cruces y más cruces. ¿Cómo van Barcelona y Estudiantes?... ¿Por dónde andan ahora mismo Real Madrid y Joventud de Badalona?... El baloncesto español pasó del boom al catacrack. Ahora el cupo que tiene que ayudar a solucionar la ABP de Llorente es el seguidores. De lo contrario, peligra seriamente su negocio.

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