Cuentan que en el transcurso de una intrascendente etapa llana de la Vuelta Ciclista a España, con todo el pelotón agrupado y charlando de sus cosas, de repente alguien "saltó" como un poseso... ¿Qué estaba pasando allí? ¿A qué venía todo aquello? ¿Quién era aquel loco?... La "bala" era Eddy Mercx, el mejor ciclista de la historia. El corredor belga había confundido un cartel del Partido Comunista de España con una meta volante. Fueron cosas como aquellas las que le granjearon el apelativo de "caníbal". La avidez de Mercx por ganarlo todo, siempre y en cualquier circunstancia, lloviera o luciera el sol, generó dos corrientes de opinión: aquellos que admiraban su tenacidad, y aquellos otros que le tomaron cierta tirria justamente por la misma razón.
Eddy Mercx no tenía que demostrarle ya nada a nadie, salvo a sí mismo, y sin embargo continuaba pedaleando, incansable, obsesionado, siempre hacia arriba. Eddy no daba tregua porque no podía darla, y porque sabía perfectamente que los mismos que le acusaban de antropofagia deportiva se lo comerían por los pies llegado el caso. Merx conoció mejor que nadie el "peso de la púrpura" y llegó a tener muchos problemas en la carretera. Se convirtió en un campeón antipático, pero nadie puede dudar que fuera el mejor de toda la historia. ¿Imaginan que Mercx hubiera dado con la fórmula de la eterna juventud? Siempre lozano. Siempre con 28 años. Siempre insaciable. El odio habría ido "in crescendo". Eso es lo que le pasa al Real Madrid.
A la conclusión de la final de Copa en la que el Deportivo de La Coruña se proclamó justo campeón, recibí una llamada telefónica en la Cadena Cope. Un oyente me dijo desde Santander lo que sigue: "¡Toma centenario!", y colgó. Simple ¿no? "¡Toma centenario!" No me dio tiempo a explicarle que yo no era Florentino Pérez, ni tampoco Jorge Valdano. No era Del Bosque. Yo no era Raúl o Figo. Aquella no era ni siquiera la centralita del Real Madrid. Leyendo hoy las portadas de los diarios deportivos catalanes, me vino a la cabeza la reflexión acerca del "caníbal" Mercx, y lo insufrible que debe ser para el resto ver ganar siempre al mismo. Y en el caso del Madrid, no hay posibilidad de retirada por la edad.
Mientras duren los fastos del Deportivo de La Coruña, el Real Madrid dejará de ser por unas horas el "equipo del Gobierno". Quedó demostrado, por otro lado, que no había "Copa del centenario", ni tampoco connivencia federativa. Javier Irureta sigue sin pedir perdón por aquellas manifestaciones suyas ("a ver si al Madrid le toca el Figueres") realizadas justo antes del sorteo de las semifinales. El Figueres quedó emparejado con el Depor, y el resto de la historia es ya conocida. Para los incansables Sport y Mundo Deportivo, la Liga volverá a ser este sábado la "Liga del centenario", y la Champions, la “Champions del centenario". Pero al Real Madrid no deberían verle flaquear. Tendrá que seguir pedaleando o se lo comerán por los pies. Hay muchos que quieren llevar el maillot con el número "1" a la espalda.
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