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Juan Manuel Rodríguez

Luxemburgo hurga en la herida de Guti

Esta es la temporada crucial de Vanderlei Luxemburgo. El entrenador brasileño llegó de rebote al club, vino como sorprendente "parche" de una situación deportiva insostenible y acabó ganándose la continuidad en uno de los banquillos más "calientes" del fútbol mundial. Estaban tan mal las cosas que el Real Madrid no le exigió nada salvo sobrevivir a José Antonio Camacho y su segundo, Mariano García Remón. "Luxe" (o "Luxa", según el diario deportivo que se consulte) remontó el vuelo y, teniendo en cuenta desde qué situación tan calamitosa partía, acabó sacando una buena nota. Pero ahora las cosas han cambiado para él porque, tras dos años en blanco, Florentino Pérez le va a exigir la Liga o la Champions, de lo contrario iniciará el viaje de regreso a Brasil.
 
Las diferencias que mantiene el entrenador del Real Madrid con Figo (el excepcional futbolista portugués tiene, en el momento de escribir este artículo, un pie en el Inter de Milán y el otro en el Liverpool) no son nuevas, pero sí resulta ciertamente llamativo que el primer día de entrenamiento, ese día que suele emplearse en preguntar por la familia, hacer los análisis de orina y comprobar cuántos kilos se ha engordado durante las vacaciones, Luxemburgo no rehuyera el combate con Guti. El técnico tiene que sentirse muy fuerte porque, supongo que harto de escuchar tantas pamplinas, le lanzó al jugador un crochet de derecha directo al mentón: "si Guti está aquí es porque no hay otro equipo". ¡Y eso que no había sonado todavía el "gong"!...
 
En lo que a Guti respecta no puedo estar más de acuerdo con Luxemburgo. El jugador lleva diez años llorando pero no acaba de tomar una decisión en lo que respecta a su doloroso, según insistentes manifestaciones suyas, futuro deportivo. Santiago Solari, un jugador a quien se rindió el Santiago Bernabéu, tampoco jugaba demasiado y acaba de coger el petate hacia el "calcio". ¿Y Guti?... Pues Guti llora. A día de hoy el futbolista sigue pensando que la mejor opción es salir, (declaraciones de en el diario "Marca") pero que si no lo logra tiene un montón de años más de contrato con el Real Madrid. El caso es que José María Gutiérrez no ha jugado regularmente al fútbol en ese equipo con ninguno de los entrenadores que han pasado por el club en los últimos diez años. ¿Estarán todos ciegos?...
 
No polemizaré con aquellos descubridores de la pólvora que defienden airadamente, como si hubiera por ahí un grupo "anti-gutiísta" que no dejara triunfar en paz al jugador, que el madrileño tiene una clase inmensa. Es cierto, la tiene. Ningún entrenador puede enseñarle ya a estas alturas cómo golpear al balón. Es fácil deducir, por lo tanto, que el problema vendrá por otro lado. Carentes de "testiculina", el año pasado recurrieron a la desesperada a Gravesen. Y el danés jugó, vaya que si jugó. Ahora han ido a por Pablo García, y el uruguayo jugará, vaya que si jugará. Y la próxima temporada la mejor opción de Guti seguirá siendo, otro año más, salir del Real Madrid. Otro añito menos para la jubilación.

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