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Resulta tan ridículo ver al presidente del Fútbol Club Barcelona parodiando el chino -"chon, chi, chei"- para desmentir el fichaje de Rivaldo por el Lazio romano que, en mi afán por escudriñar en el maremágnum culé, he llegado a pensar seriamente si no será que Gaspart nos quiere hacer a todos "luz de gas". En el fondo este hombre resulta entrañable y le entran a uno unas enormes ganas de ayudarle, de colaborar con él para que el club no se le vaya de las manos; pero luego se pone a hablar en un chino de Badalona y lo echa todo a perder.

Al creciente grupo opositor que ha nacido como consecuencia del desgobierno culé le habrá sonado precisamente a chino que tras el "Geovannigate" de la semana pasada haya decidido ahora abrir una investigación. Como chino mandarino le habrá parecido a la mayoría de socios que Minguella vaya a seguir sin seguir, continúe sin continuar y mantenga una relación no contractual con el Barcelona (vamos, que don José María irá por ahí "picoteando", ahora que se ha puesto tan de moda esa palabra). Si a J.R. Riquelme le han llegado referencias de la rueda de prensa de Gaspart habrá tenido la sensación de encontrarse de frente con el mismísimo Fu-Man-Chú cuando, con total tranquilidad y desparpajo, ha dicho que el fichaje del jugador de Boca "ahora no resulta prioritario" (¿lo fue en su día quizás porque le ganó él solito al Real Madrid la Copa Intercontinental?).

La comparecencia de Joan Gaspart ha resultado agotadora para los periodistas que allí se han dado cita; supongo que casi tanto como esos interminables circunloquios de Fidel Castro a la nación cubana que -coincidencias de la vida- tampoco comprende nadie. China fue la excusa que el presidente puso para no acudir a la despedida de Guardiola ("estoy en Suiza esquiando con la familia"); china también su vana pretensión de unir con pegamento Imedio a las "familias" del barcelonismo; rechino el ofrecimiento que, allá por el mes de diciembre, le hizo a Fabio Capello: "Si Serra Ferrer no gana nada entonces se viene usted para acá"; y recontrachino que introdujera como asesor externo a Minguella con quien, dicho sea de paso, José Luis Núñez se negaba a negociar personalmente porque no le soportaba.

Por eso creo que Joan Gaspart ha decidido hacernos a todos "luz de gas". Como aquel antiguo gerente del Atlético de Madrid que cuando un periodista le llamaba para preguntarle algo le respondía lo siguiente: "No sé nada de nada pero no le digas a nadie que te lo he dicho yo". Chino total oiga.

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