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Juan Manuel Rodríguez

Manolo el del bombo y la "Teoría de los Juegos"

Un buen día estos dos profesores se hicieron la siguiente pregunta: "¿Por qué algunos individuos consiguen promover la cooperación mientras que otros se sumen en el conflicto?"...

Esto se pone calentito. Un oyente acaba de llamarme "apátrida" en la tertulia deportiva que tenemos todos los lunes en La Tarde con Cristina. Y todo porque sostengo que el historial de la selección española de fútbol se resume en medio folio y quizás nos sobre un cuarto. Desconozco si la sincera opinión de este amable oyente podría servirme para escaquearme del segundo plazo del impuesto sobre la renta que tendré que pagar en noviembre. Me temo que no, aunque prometo consultarle a Alberto Recarte sobre tan apasionante materia. Si fuera tan simple como eso, en España sólo pagaría impuestos nuestro tenaz Manolo el del bombo, ese sí que es un patriota con todas las de la ley que hasta ha puesto en peligro su negocio con tal de seguir a nuestra selección por medio mundo.
 
Qué bien nos vendría ahora la "teoría de los juegos" de Schelling y Aumann, galardonados recientemente con el premio Nobel de Economía. Un buen día estos dos profesores se hicieron la siguiente pregunta: "¿Por qué algunos individuos consiguen promover la cooperación mientras que otros se sumen en el conflicto?"... Puyol y Vicente se han liado a tortas en el entrenamiento de esta tarde. "¿Por qué nos liamos la manta a la cabeza entre nosotros y esa agresividad no la mostramos el sábado pasado, por poner sólo un ejemplo, con el belga Simons?"... Supongo que, en caso de contestar correctamente esa pregunta, el historial de la selección española de fútbol nos ocuparía por lo menos folio y medio, yo sería menos pesimista y tendría el Nobel de Economía en el salón de casa.
 
El caso es que cada día que pasa rebajamos un poquito más el listón. El simple hecho de lograr la clasificación para un Mundial o una Eurocopa es cantado como una gesta, una heroicidad, un auténtico hito. Cuando Alemania, Brasil, Argentina o Italia empiezan a competir, resulta que nosotros hemos terminado de hacerlo. Supongo que el día que suene por fin la flauta y consigamos pasar de los cuartos de final habrá que elegirlo como nuestra fiesta nacional. Javier Clemente acaba de decir que estos futbolistas de ahora son mucho más blanditos que los suyos, y eso que "los suyos", catalogados en su día de auténticos machotes, tampoco lograron otra cosa que no fuera volverse para casa... en los cuartos de final, evidentemente. Sólo me queda ya que me llamen "afrancesado", aunque eso se me antoja más difícil en un país que acaba de lanzarse literalmente a la calle para apoyar a Renault. Pero, para que no queden dudas, vaya desde aquí esta patriótica muestra de apoyo: "¡Españaaa, ra, ra, ra!". La música, claro, de Manolo el del bombo.

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