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Juan Manuel Rodríguez

Más humito para Caparrós

Lo que tendría que haber hecho José María del Nido, antes que quejarse amargamente de la actuación del colegiado Moreno Delgado en el Deportivo-Sevilla, era no traspasar a Reyes al Arsenal, ni por todo el oro del mundo. Pero Del Nido tragó y hoy el Sevilla es mucho menos equipo que hace sólo siete días.
 
Digo esto porque el presidente sevillista ha advertido que en el estadio Santiago Bernabéu va a "pasar algo raro". Lo verdaderamente raro, futbolísticamente hablando, es que el Sevilla eliminara de la Copa al Real Madrid, independientemente de que Turienzo Álvarez arbitre el partido de ida de las semifinales. Yo creo que Del Nido, ante la caída libre que ha experimentado su equipo en la Liga y en previsión de una eliminación en la Copa que todo el mundo consideraría lógica, trata de desviar la atención del único hecho realmente relevante de estos últimos días: la venta al fútbol inglés del jugador con mayor proyección que tenía ese equipo.
 
Lo del histérico Caparrós es harina de otro costal. Este personaje fue el mismo que dijo que el Atlético de Madrid tenía una plaza asegurada en Primera División. Más tarde, cuando ascendió el Sevilla y el Atlético de Madrid siguió un año más en Segunda, le llamamos de El Tirachinas de Madrid para que presentara sus excusas a los aficionados colchoneros. "¡Yo pensaba que usted me llamaba para felicitarme por la temporada que ha hecho mi equipo!", me soltó. "Felicidades. Enhorabuena", le respondí, "y ahora... ¿va usted a pedir perdón o no?"... Lo pidió, vaya que si lo pidió, aunque le costó Dios y ayuda.
 
Después del 1-0 contra el Deportivo, Caparrós secunda la "cortina de humo" emprendida por su presidente y dice que se teme "lo peor". ¡Pero después del 4-1 de la primera vuelta no dijo nada! Es el mismo cambalache de todos los años. Caparrós se queja de Moreno Delgado y Fernando Vázquez lo hace de Lizondo Cortés. Lucas Alcaraz no puede ni ver a Esquinas Torres mientras que César Ferrando, tras el contundente 5-0 del Camp Nou, protesta por el arbitraje de Puentes Leira ("cuando vi la designación, supe que no teníamos nada que hacer"). Y, por ejemplo, en Segunda División, Jorge D'Alessandro se queja de la actuación de García Delgado en el partido Levante-Rayo Vallecano. Y Pablo Alfaro sentencia: "no nos hemos caído de un guindo y sabemos las cosas que se pitan en el Bernabéu". Sabiendo el modo que Pablo tiene de jugar al fútbol con tronco, cabeza y extremidades, no me extrañaría nada que el miércoles no llegara al minuto 90. Más humito para Caparrós.

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